Días atrás se dio a conocer que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) realizó un operativo en 350 hectáreas para uso forestal, el cual arrojó la clausura de seis plantaciones ilegales de aguacate, alcanzaban 145 hectáreas de cambio de uso de suelo no permitido.
Después, en el Congreso del Estado, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), aceptó que esta situación del cambio de uso de suelo no permitido es un tema pendiente, que está abandonado por la falta de coordinación de las instituciones encargadas de ejecutar las leyes federales y estatales.
Quienes hablan del Nevado de Colima, hablan de la belleza de su bosque, y su reconfortante clima, además de su basta fauna. El bosque está dividido, hay una zona federal, llamada Parque Nacional Nevado de Colima; una estatal, el Bosque Mesófilo, ambas áreas naturales protegidas. Pero antes de llegar a estos lugares, el bosque tiene dueño; son tierras ejidales y de particulares.
Hace algunos años, cuentan los visitantes, el transitar por los 17 kilómetros de brecha para llegar al Parque Nacional era disfrutar de la vista que otorgaba la gran cantidad de arbolado originario del lugar, y no era raro observar ardillas, gran cantidad de aves, y con suerte, una que otra serpiente.
Ahora, se puede observar uno que otro árbol nativo, una que otra construcción habitacional, un par de parcelas dedicadas al maíz, y árboles y más árboles del “oro verde”. Con todo y la infraestructura que representa instalar una huerta; el riego tecnificado y las membranas captadoras de agua de lluvia.
“Ahora en el Parque Nacional viven las serpientes, se tuvieron que adaptar a las condiciones del clima de la montaña, ya que su hábitat natural fue invadido”, dicen algunas de las personas que visitan el nevado, quienes además han avistado una manada de coyotes, que antes, vivían en la zona baja, ahora poblada por agroindustrias.
Ante la situación, en la que cada vez los aguacates suben y suben por esa brecha hacia las áreas protegidas, Antonio Ordorica, director general de Conservación y Biodiversidad de la SEMADET, acepta que esto “es una amenaza”, pero aseguró que trabajarán porque no lleguen a invadir la áreas protegidas a nivel estatal y federal.
Al igual que los funcionarios de la SEMARNAT, Antonio Ordorica aceptó que hace falta coordinación interinstitucional para que operativos como el de hace unas semanas de la PROFEPA tengan mayor impacto.
“Hay un trabajo importante del ordenamiento ecológico de Zapotlán en este caso. Lo que sigue en estos trabajos es fortalecer la coordinación con los tres niveles de gobierno, de dar a conocer hasta donde son los límites forestales, en dónde sí se pudiera hacer este aprovechamiento de la parte agrícola. Es decir, en las zonas que están abiertas, ahí es donde es factible. Lo que sigue es hacer un trabajo de vigilancia para evitar que se esté talando de manera ilegal para sembrar aguacate”, detalló el funcionario.
La clave de este trabajo coordinado, debe estar en la vigilancia y la involucración de la sociedad, puntualizó el funcionario.
“Pero hace falta mayor coordinación, mayor presencia, mayor vigilancia en ese sentido. Que no nos gane la parte ilícita; quemar o meter aguacate y luego talar. Yo creo que una de las labores importantes es la vigilancia y por su puesto, la denuncia popular para atender estos ilícitos de manera oportuna”.
Por lo pronto, Ordorica afirmó que por parte de la dirección que tiene a su cargo, trabajan con los ejidos para fomentar prácticas productivas amables con el bosque, para que las agroindustrias no alcancen las zonas protegidas.
Periodista egresado del CUSur. Aficionado por los deportes, la política y el periodismo. En El Suspicaz funge como co coordinador. También escribe para NTR Guadalajara y Letra Fría. Integrante de #CONNECTASHub.
