CRÓNICA | Dos años después, don Rubén sigue en busca de su hijo desaparecido

Una casa pequeña –dos cuartos, sala, cocina, comedor y baño- en la colonia Azáleas de Ciudad Guzmán nos da la bienvenida.

Un anuncio de una marca de agua purificada son las señas que don Rubén Ávalos de la Cruz da para llegar a su domicilio.

Dentro de esa casa, tras un grito de “¡don Rubén, llegamos!”, sale un hombre de edad mayor, más de medio siglo de vida; sale de su casa en silla de ruedas, una ya desgastada, color rojo. Sufre de hipertensión y diabetes, esto último le trajo consecuencias en uno de sus pies que está amputado y aun no cicatriza, asegura.

“Fui con un médico del seguro (IMSS) que hizo una especialidad en pie diabético, y me está ayudando mucho. El otro día, delante de sus compañeros le entregué un reconocimiento en forma de agradecimiento”, dice don Rubén.

Dentro del patio de su casa, justo frente a la puerta de ingreso, hay una hoja de papel pegada con cinta. Es un folleto de los que entrega mano a mano en las calles, de esos que tienen una fotografía de su hijo, desaparecido desde el seis de febrero de 2016.

“El día seis de este mes, se cumplen ya dos años de desaparecido. De esta casa habitación salió el seis de febrero de 2016. Salió a las ocho y media de la mañana, y es tiempo y hora que no sé en lo absoluto nada de él; si vive, si come, si vistió y se cubrió como en este caso del frío. No hay ninguna autoridad que me haya informado o me informe al respecto qué está pasando con esta desaparición”, comenta don Rubén.

Pelo negro chino, barba de candado, dos cicatrices en las muñecas y 27 años tenía su hijo cuando desapareció. También llamado Rubén y con apellidos Ávalos Pizano, dejó una hija de siete años sin su padre ese seis de febrero.

Don Rubén lamenta que no es el único caso en el municipio, pero que muchos quedan sin conocerse pues a los familiares les da miedo denunciar. No es su caso, puntualiza que cuando se fue su hijo, el miedo se fue con él.

“Existe una carpeta de investigación, la carpeta 405/2016, y hasta el momento las autoridades no se arriman, no vienen a recibir algún tipo de comentario de su servidor. Yo en dos ocasiones acudí, pero la esquiva siempre de la autoridad, de la Fiscalía. Me dicen, no es el único caso el de tu hijo. Aquí tenemos toda una gama, un montón de capetas de gente desaparecida.  ¿Qué puedo yo responder a estos planteamientos?”, lamenta.

En la Comisión Estatal de Derechos Humanos, delegación Ciudad Guzmán, hubo una historia similar, don Rubén narra que cuando acudió a solicitar su intervención le dijeron que “ahí solo recibían quejas”. Comenta que le pidieron enviara su caso por correo electrónico hasta la Comisión Nacional de Derechos Humanos, ya que si el trámite lo realizaban desde la CEDHJ “se iba a tardar mucho”.

Ante la falta de atención de las autoridades, don Rubén decidió integrarse a la Asociación Civil Por Amor a Ellos. “Es un problema que yo no quisiera verlo, ni deseárselo a ningún padre de familia”.

“Mi situación física, va cayendo, una vez que soy un enfermo crónico diabético, Padezco hipertensión, los vértigos que me están amolando. Todo a raíz de estar padeciendo la situación por la cual estoy atravesando. ¿Cuál es? La desaparición de mi hijo”.

Don Rubén está cierto que el crimen organizado fue quien presuntamente “levantó” a su hijo. Acepta que Rubén Ávalos Pizano se involucró en el consumo de drogas.

“Era él muy estudioso. Tenía inteligencia extraordinaria. Desgraciadamente se dio al vicio, a la drogadicción, a las adicciones. Posiblemente sea una de las causas por las cuales, él haya desaparecido”.

Por esta razón, pide a los jóvenes no involucrarse en el mundo de la drogadicción.

Platica don Rubén que en el que solía ser el cuarto de su hijo no duerme nadie y sobre la cabecera de su cama, hay un marco formado por fotografías de él. Esto lo usa a modo de altar para oración: ninguna noche o mañana falta el Padre Nuestro y el Ave María.

Junto a la cama donde duerme don Rubén, también tiene pegados con cinta algunos folletos de su búsqueda, dice de manera triste, que eso le da ánimos para seguir en la búsqueda.

A dos años de no saber nada de su hijo, la esperanza sigue viva en él. Tiene fe en que lo encontrará vivo, tal vez no sano ni en sus facultades mentales al cien por ciento, pero sí, vivo.

 Las autoridades tienen razón, no es el único caso

Tuxpan es conocido como el “Pueblo de la fiesta eterna”, fiesta que dejó de ser eterna para la familia Cardona Flores desde el 22 de enero de este año, justo en las vísperas de los festejos a la virgen de la Candelaria.

Eterno se ha convertido el tiempo al no saber nada de su hijo Ulises Adair Cardona Flores. Norma Karina Flores narró para el programa radiofónico de la Universidad de Guadalajara Cosa Pública, la versión que tiene de aquel día que su vida cambió, al desaparecer su hijo de 17 años.

“Donde los levantaron fue en Tecalitlán. Ellos estaban afuera de un centro nocturno donde refiere el amigo que llegaron las unidades de La Marina directo hacia ellos y pues los levantaron. Se los llevaron, lo torturaron al amigo. Él llegó hasta nosotros porque un señor de campo lo ayudó a llegar hasta aquí a Tuxpan. Es por eso de que está la certeza de que fueron elementos de La Marina”, comentó en la entrevista a Cosa Pública la mamá de Ulises.

Ante esta sospecha después del testimonio del amigo, comentó la señora Norma que la familia de Ulises se dirigió con los integrantes de La Marina que acampan cerca de Tuxpan para pedir información.

“No dicen nada, no hacen nada. Simplemente me dieron su paseo en el helicóptero para buscar a mi hijo, pero pues eso fue como lavarse las manos, porque jamás me han vuelto a llamar”, declaró.

Después de la desaparición de Ulises, y ante esta respuesta de las autoridades, los familiares y conocidos de Ulises decidieron manifestarse fuera de donde se encuentran los elementos de la Marina, con el fin de exigir información.

En la misma entrevista, doña Norma confirmó el rumor de que La Marina le comentó que el crimen organizado utiliza clones de uniformes y vehículos con el fin de confundir a las víctimas.

Al igual que don Rubén, en este caso denuncia de manera pública que en la delegación regional de la Comisión Estatal de Derechos Humanos le dijeron que el trámite debería ser en línea dirigido a la CNDH.

Doña Norma sentenció en la entrevista para Cosa Pública: “La Marina Armada de México tiene que regresármelo. Él tan solo tiene 17 años. Y pues de no recibir respuesta a todas estas peticiones que yo estoy haciendo, llegaré hasta la Corte Interamericana para defender el derecho a la vida de mi hijo”, además añadió “me da mucho coraje porque era su ilusión ser marino, y ahora ellos me lo desaparecen”.

Pero estos dos casos son solo dos de los casi tres mil casos oficiales registrados de desapariciones en Jalisco desde el año 1994.

Las autoridades tenían razón a lo que le dijeron a don Rubén, no es la única familia que sufre la desaparición de un hijo, el vivir con incertidumbre como él lo describe. La Familia de don Rubén acompaña a 28 más de Zapotlán el Grande, quienes buscan a sus hijos y han interpuesto una denuncia ante la Fiscalía General del Estado de Jalisco. La familia de doña Norma es una de las cinco de Tuxpan que han denunciado la falta de un familiar por desaparición.

“Es verdad, me está pasando. Quiero a mi hijo Ulises Adair Cardona Flores de regreso aquí, con la familia”, Norma Karina Flores, madre de Ulises.

Fuentes:

Enlace a la entrevista completa en Cosa Pública

Base de datos Registro Nacional de Personas Extraviadas y Desaparecidas