, Los libros y la luz

Los libros y la luz

¡Y se hizo la luz! En el libro del génesis, en el antiguo testamento de la biblia, quedó escrito que «en el primer día, Dios creó el cielo y la tierra. La tierra estaba desierta y vacía, las tinieblas cubrían el océano y un viento impetuoso soplaba sobre las aguas. Dios dijo: ‘¡Hágase la luz!’ Y la luz se hizo. Dios vio que la luz era buena. Y a la luz Dios la llamó día y a las tinieblas las llamó noche…».

 Pareciera que el rayo de luz está hecho de polvo, ese polvo que al mezclarse con el agua produce el barro, la materia primigenia del hombre, ¿polvo de las estrellas?, hoy sabemos que la luz está compuesta de fotones cargados de energía, creando un flujo de partículas ondulatorias.

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Todo lo que existe, «es» sólo cuando la luz nos permite verlo, cuando la luz lo enfoca, es por eso que existimos, somos y nacemos cuando se nos da a la luz.

Hoy en día sabemos que existen diferentes tipos de luz, la del espectro visible para el ojo humano, pero también las ‘invisibles’, como la de los rayos equis, los rayos gama o la del espectro infrarrojo, diferentes expresiones del espectro electromagnético.

 Del libro abierto sobre la mesa emergían flotando en dirección al rayo de luz las letras, las palabras, las frases, convirtiéndose en sueños.

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Pareciera que la luz es instantánea y omnipresente, sin embargo, sabemos que requiere de tiempo para cruzar el espacio y llegar de la fuente a su destino, puesto que viaja a cerca de 300 mil kilómetros por cada segundo, razón por la cual la luz del sol tarda 8 minutos en llegar a la tierra. Esto implica que cuando observamos la luz que proviene del sol, estamos viendo al sol del pasado al sol de hace ocho minutos.

Lo mismo aplica cuándo observamos una noche estrellada, por ejemplo, al observar al oriente en la constelación de Orión, en particular su cinturón de tres estrellas, mejor conocido como ‘el arado’. ‘las tres marías’, ‘los tres reyes magos’, la luz de su sistema estelar, alnitak, la estrella más austral, tarda 816 años luz en llegar a la tierra, lo mismo aplica en sentido contrario, si alguien en este sistema estelar, nido de estrellas, estuviera observando a nuestra estrella, nuestro sol, vería nuestro actual presente 816 años después, es decir estaría viendo nuestro pasado.

Con los libros sucede algo similar, al leerlos podemos conversar con los pensadores del pasado, por ejemplo, al saber de Homero nos trasladamos 28 siglos en el pasado a la antigua Grecia y Troya, o en sentido opuesto que decir de la gran cantidad de historias futuristas llevadas a la pantalla, logrando que el futuro nos parezca tan cercano.

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El espacio, el universo, al expandirse da forma al tiempo, al espacio-tiempo de los grandes científicos. El tiempo y el espacio es el único bien que nos acompañará durante toda la vida, por lo tanto, aprovechémoslo, no lo matemos, la lectura es una gran manera de sacarle doble provecho, ya que no sólo aprovechamos el tiempo actual, sino que con los libros podemos viajar en el tiempo, al dramático pasado o al inquietante futuro, ‘carpe diem’.

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