Carbono alterado

 

En un futuro donde la humanidad depende radicalmente de la tecnología para su supervivencia, Takeshi Kovacs es requerido, por sus aptitudes tácticas, para esclarecer la muerte del magnate Laurens Bancroft, una de las personas más longevas e influyentes del planeta.

Partiendo de este breve argumento, parece que la apuesta de Netflix por “Carbono alterado” tiene una historia muy común dentro de la novela policíaca, pero si agregamos que la ficción está situada en el año 2384, y quien compra los servicios de Kovacs es el mismísimo Laurens Bancroft consternado por su deceso, la historia toma matices distintos, porque ya no solo estamos hablando de una trama detectivesca con su misterio característico, ahora hablamos de una serie de ciencia ficción en donde el alma o la conciencia de las personas, ha sido digitalizada en una pila dentro del cuerpo, el cual ya no se le nombra de esa manera, en esta realidad al cuerpo se le conoce simplemente como funda.

“Vive para siempre, en el cuerpo que mereces.”

Laurens Bancroft tiene todos los lujos que podamos imaginar, entre ellos, el poder descargar su conciencia a no cualquier tipo de funda, sino que puede pagarle a la corporación Psychasec para que mantengan una cantidad considerable de clones a su disposición, y esto nos presenta uno de los grandes temas de la serie, la obsesión del hombre por la inmortalidad, así que, traslademos las circunstancias actuales, particularmente las desigualdades económicas y sociales al siglo XXV, no es difícil pensar que los que escogerán  las mejores fundas, son aquellos que tengan el suficiente dinero y poder para conseguirlas, y que aquellos que no cuenten con un buen capital, se tendrán que conformar con las que el gobierno tenga disponibles, aunque estas no sean equivalentes ni a la edad ni al género de quien las necesite, vaya manera de experimentar la inmortalidad.

“Vida eterna, para aquellos que pueden pagarla.”

A lo largo de 10 episodios nos podemos imaginar dentro de un futuro en el que los autos flotan, los sitios virtuales abundan, y hasta podemos aventurarnos y pensar en el tipo de funda que nos gustaría usar. Pero si en realidad queremos vernos dentro de la serie, hay que resaltar la cantidad de elementos de la cultura mexicana que aparecen en la historia, y aquí menciono algunos ejemplos como: la celebración del día de muertos por parte de la familia de la teniente Kristin Ortega, los diálogos de la misma familia donde exponen sus creencias católicas sobre el alma, Dios y la muerte, y por último, la figura de una serpiente cuyo símbolo representa el cambio y la naturaleza cíclica de la vida, una idea que podemos asociar a las culturas mesoamericanas.

“Vive por siempre, un cuerpo a la vez.”

 

En la serie hay un continuo ir al pasado y regresar al presente (flashback) para entender la vida y los personajes que influyen en sus dos protagonistas: Takeshi Kovacs y la teniente Kristin Ortega, interpretada por la actriz mexicana Martha Higareda. Este recurso puede confundir al espectador, sobre todo al tratar de seguir a Kovacs, quien ha cambiado de funda al menos en dos ocasiones, así que se requiere especial atención para no perder el hilo entre escenas de acción, saltos en el tiempo, alucinaciones, y la aparición de personajes secundarios que se volverán relevantes conforme avanza la historia.

 

“Te mereces estar por fuera, como te sientas por dentro.”

 

Los guiños a manera de homenaje a la literatura fantástica son para tener en cuenta, ya que podemos ver a un personaje parecido al célebre escritor Edgar Allan Poe en su hotel llamado “El cuervo” y al organizador de peleas apodado Matanza, cuya imagen remonta al monstruo del Dr. Frankenstein del teatro y películas inspiradas en la novela de Mary Shelley, monstruo que también guarda una conexión con la infancia de Kovacs, quien es interpretado por el actor sueco Joel Kinnaman, a quien se le recuerda por ser el RoboCob del 2014.

 

“Tu cuerpo no te define, lo cambias como una serpiente cambia de piel.”

 

“Carbono Alterado” cumple el objetivo para quien desee pasar un buen rato de ocio con algo que le rete a pensar en el futuro, pero para los de gustos más exigentes, no se acerca todavía a obras como “Blade Runner” o las niponas “Ghost in the Shell” y “Akira”, que sí manejan una tensión filosófica más profunda entre el hombre y la tecnología. A muchos nos queda esperar la segunda temporada en el 2019 y ver si la producción logra superar lo hecho hasta ahora. Su creadora Laeta Kalogridis y su reconocido equipo, lograron una serie que podemos clasificar simplemente como buena y entretenida, de la cual esperamos más para los siguientes episodios, porque a pesar de que no deja cabos sueltos, la sensación final es que puede darnos un poco más, más acción en exteriores, más tensión psicológica y más situaciones que nos vuelvan entrañables a personajes que viven, gozan y sufren como cualquier ser humano.

 

 

Ver trailer aquí