, 28 de enero, de nuevo los bloqueos criminales desataron miedo en la región de Autlán

28 de enero, de nuevo los bloqueos criminales desataron miedo en la región de Autlán

Por: Letra Fría

‘¡Precaución!, camión incendiado en Puente Corcovado’. Esa fue la alerta que todo Autlán vio en redes sociales a las 6:42 de la mañana. La emitió Protección Civil del municipio. Sin duda, hizo recordar lo ocurrido el 1 de mayo de 2015.

Todo comenzó en la madrugada a una hora con 7 minutos de distancia: en Atengo. La Guardia Nacional realizaba un recorrido de vigilancia en este punto cuando fueron sorprendidos por las balas que emanaron de las armas de un grupo de civiles.

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69.3 kilómetros separan a Atengo de El Corcovado. En el primer sitio fue en enfrentamiento, en el segundo, el primer bloqueo.

Las fuerzas federales respondieron, pero los agresores huyeron a bordo de una camioneta pick-up color blanco. De algún modo, no se sabe si por Tenamaxtlán o por Ayutla, pero llegaron a la carretera federal 80 para huir hacia Autlán y El Grullo.

La Guardia Nacional los siguió, pero no les dio alcance. Cuando llegaron al Puente Corcovado se encontraron con el bloqueo. Cuatro vehículos: un camión aparentemente de personal, amarillo y rotulado como si fuera servicio escolar, una pick-up, un tracto camión y un tráiler, estos dos últimos incendiados, se convirtieron en la barrera usada por los criminales para concretar su escape. En este momento, ya eran las 6 de la mañana.

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De forma paralela, los agresores se desplazaron para El Grullo. En la carretera que lleva hacia Ejutla, a la altura de Puerta de Barro. Ahí, quemaron otro camión de carga con el fin de bloquear el paso de las fuerzas federales.

Los actos de terrorismo generaron caos: las autoridades pidieron no salir, el servicio de transporte se suspendió y cancelaron actividades públicas. Todo para evitar riesgos hacia la población civil que, cuando se durmió el viernes en la noche, nunca imaginó despertar y enterarse que, de nuevo, una serie de bloqueos los pondrían en riesgo y a sus familias.

Alertas y ‘fake news’

La situación desencadenó reacciones de la población. Ante la falta de información oficial por parte de las autoridades, los primeros en dar su testimonio fueron los vecinos. En La Laja de Abajo, quienes tienen de vecino al Puente Corcovado, afirmaron escuchar todo el suceso.

Contaron a Letra Fría que, además de oír el proceso de bloqueo y quema de vehículos, también escucharon detonaciones de arma de fuego. Se le preguntó a la autoridad, pero no pudieron confirmar ni descartar esta versión.

En redes, además de testimonios de las personas que viven cerca de los sitios de asalto, también se difundieron versiones que terminaron siendo nada más que noticias falsas.

Hubo quien alertó a la población de bloqueos en la zona de Apulco, en San Gabriel, por la carretera que lleva a Ciudad Guzmán. Letra Fría pudo contactarse con una persona que se trasladaba en ese momento por ese trayecto y describió «todo tranquilo». La alerta fue falsa.

También se habló de bloqueos en Tenamaxtlán, de los cuales tampoco se pudo comprobar su veracidad y, en el reporte oficial de las autoridades, solo se documentaron dos: El Corcovado y Puerta de Barro.

A la par, surgieron rumores sobre la muerte de presuntos maleantes, incluso de elementos de la Guardia Nacional que perecieron entre las balas, pero nada se pudo comprobar; la Guardia Nacional guardó sepulcral silencio.

Cinco horas de ¿qué está pasando?

Fueron cinco horas de incertidumbre en la que las autoridades no informaron de forma completa, la población se invadió de información real, pero también falsa y en la que no se sabía si se podría o no salir de casa.

A eso de las 11 de la mañana, el panorama comenzó a aclararse. Ya se tenía más información. Se sabía del enfrentamiento armado en Atengo que fue el que desencadenó todo, que la Guardia Nacional fue agredida y se le escaparon los maleantes.

También que, en medio del terror, afortunadamente la gente que ‘ni la debe, ni la teme’, no resultó lesionada y ya se veían trabajos de liberación de las vías.

Al mediodía, las carreteras fueron reabiertas y la población pudo sentirse, ahora sí, segura. Eso sí: la Guardia Nacional sigue callada, como si nada hubiera pasado, como si la población no hubiera estado en riesgo y como si no merecieran una verdad.

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