Ciudad Guzmán ha vivido una semana increíble por muchos, indignante para la mayoría, ya que la mancha urbana para donde sea que mire, solo ve humo, y por la noches, fuego.
Las llamas han alcanzado etapas nunca vistas por nadie, la situación se convirtió en la protagonista de todas las charlas vespertinas de los lugareños guzmanenses; en algo coincidían, nunca habían visto algo igual.
Cuando parecía que ya era mucho y bastante con lo que sucede en la montaña poniente, donde dos incendios han consumido al menos 500 hectáreas, los zapotlenses fueron sorprendidos al darse a conocer que el nevado, también estaba en llamas.
La brecha de El Milanés, una de las que lleva hacia el Parque Nacional Nevado de Colima, ardió en fuego en su kilómetro 5.5, por la noche, llegaría al 6.
Para sofocarlo, solo volvió a unirse la armada de bomberos de CONAFOR, SEMADET y ahora también, la el Patronato del Nevado de Colima. La meta, contenerlo, hasta sofocarlo y extinguirlo, sin embargo, las llamas siguen su camino destructivo…
Las imágenes sorprenden a propios y extraños, resulta difícil el asimilar cómo el cerro es consumido por su principal depredador… el fuego.
El panorama “desalentador, nuestras brigadas poco pueden hacer”, comentan quienes viven el calor sofocante de un bosque en llamas.
El problema, no es el único incendio, las brigadas deben dividir esfuerzos para atender varios de manera simultánea, entre ellos, dos que desde inicio de semana, no han podido ser apagados, ambos en la montaña poniente de Zapotlán.
Ante la falta de personal, hay muchos en redes sociales que levantan la mano para apoyar como brigadistas. Sin embargo, no es tan sencillo como se quisiera.
Para combatir un incendio, hay que tener más que buena voluntad (y coraje en muchas ocasiones). Hay que conocer el terreno, conocer y contar con el equipo necesario, agua, alimentos, saber de primeros auxilios, de orientación y por si fuera poco, conocer las claves de radio; es decir, hay que estar entrenados. Es por esto, que las autoridades no permiten que quienes sin la preparación adecuada, acudan a combatir el fuego.
La esperanza que queda para quienes luchan contra las llamas, y quienes se enfurecen ante estas acciones, es que las autoridades ejerzan la ley al pie de la letra, y no permitan cambios de uso de suelo en estas zonas afectada. Pero, ¿qué posibilidad hay de que no veamos a futuro aguacates o berries en estos espacios afectados?
Periodista egresado del CUSur. Aficionado por los deportes, la política y el periodismo. En El Suspicaz funge como co coordinador. También escribe para NTR Guadalajara y Letra Fría. Integrante de #CONNECTASHub.