Rieleras y juanes en México nos gusta el jolgorio, la guasa y todos los escenarios que se presten para la fiesta y la demostración exacerbada de un estado de ánimo alegre.
Así somos y es la proyección cultural que hemos dado a todo el mundo. Pero un asunto es enarbolar la alegría y la fiesta, y otro es violentar uno de los objetivos del deporte, precisamente la sana convivencia con respeto a las reglas que hacen posible el desarrollo de una justa deportiva.
Es por ello que en el debate alrededor del grito de “puto” en los estadios donde juega la selección nacional, se trae a colación las sanciones que desde hace años se vienen aplicando.
En 2018 la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) pagó una multa de 20 mil 500 dólares luego de que la afición gritara el improperio en el partido con Alemania durante el mundial de Rusia.
Vaya, en total la FMF ha pagado más de 2 millones de dólares para solventar 17 multas de 2014 a la fecha, por lo que la FIFA ha considerado una falta de respeto a través de una expresión homofóbica multitudinaria y reiterativa de parte de la afición mexicana.
Es por ello que ahora la FMF dio a conocer los nuevos controles que prevalecerán para evitar la expresión durante los partidos: la exclusión por cinco años para asistir a los encuentros del Tricolor.
Sí, ya sé que estas trenzas no son especialistas en deportes, pero sí en el periodismo de derechos humanos, ése que busca abonarle a la cultura de la paz.
A nadie nos gusta que por la calle nos griten groserías, si las mujeres desde el feminismo pedimos respeto a nuestra identidad como personas con todos los derechos, también podemos y debemos influir con nuestros conocidos y familiares para eliminar esa costumbre en los estadios… y en todos los ámbitos de convivencia.
Nadie se merece un ataque verbal discriminatorio alusivo a su identidad sexual, menos en coro, y todavía más deplorable si es para divertirnos a costa de esa persona, que se merece todo el respeto que cada quien exige y merece para sí mismo.
Sea mexicano o no, tenga un balón frente a sus pies o no. Lo que todos tenemos es la obligación de ser congruentes y ¿por qué no? Proponernos que además de ser conocidos por ser parte de una cultura alegre, también somos pacíficos y civilizados.
Periodista egresado del CUSur. Aficionado por los deportes, la política y el periodismo. En El Suspicaz funge como co coordinador. También escribe para NTR Guadalajara y Letra Fría. Integrante de #CONNECTASHub.