Primeros pasos para un hábito de lector
“Cuando oigo que un hombre tiene el hábito de la lectura,
estoy predispuesto a pensar bien de él”
Nicolás de Avellaneda
Durante mucho tiempo hemos escuchado la importancia de promover la lectura; ha sido tan importante en el sistema educativo —aunque sea en teoría — que es uno de los ejes en la currícula escolar. Esto debido a que muchos especialistas consideran la lectura como una actividad que ayuda a muchos procesos mentales; tales como gimnasia cerebral, habilidades lingüísticas, capacidad de concentración, maduración del cerebro, evita enfermedades como el Alzheimer, desarrollo de procesos analíticos entre muchas cosas más.
Expertos señalan que los niños habituados a la lectura desde temprana edad tiene múltiples beneficios como:
- Los psicólogos han comprobado que leer cuentos o libros al niño le ayuda a desarrollar y conocer sus emociones.
- Más del 50% del desarrollo intelectual se produce entre el nacimiento y los cuatro años de edad, es por tanto una edad ideal para poner los cimientos del hábito de la lectura. Una encuesta de la UE reveló que el 80% de los adultos que acudían a bibliotecas públicas ya iban a las mismas cuando eran niños.
- Los estudios confirman que los niños educados en el gusto por la lectura en casas donde es costumbre leer en voz alta a los más pequeños, están más preparados para desarrollar sus capacidades de aprendizaje.
- La lectura, a diferencia de la televisión, las computadoras y otros medios, estimulan al niño a llenar la mente. Se desarrolla así la capacidad de imaginación y creatividad del niño que ha de crear en su cabeza las imágenes de lo que lee o le están leyendo.
- Leer al niño en voz alta, potencia su concentración y atención, ya que tienen que centrarse en comprender lo que están escuchando.
- El desarrollo de las capacidades lingüísticas del niño es, asimismo una de las principales ventajas de leer al niño en voz alta.
- Desarrolla la memoria y la lógica, ya que al leer se necesita estar concentrado y el niño pone toda su atención en intentar comprender lo que lee y obtiene sus propias conclusiones.
- La expresión oral y escrita se mejoran, pues se adquiere más vocabulario, se aprende más ortografía y nuevas estructuras sintácticas.
- Aumenta la cultura, porque conocen nuevas costumbres, lugares y personajes. Aunque sean lecturas de fantasía, aprenden nuevas opiniones y a empatizar con los protagonistas.
Como padre de familia nos enfrentamos con la problemática de cómo leer a nuestro hijos en sus primeras etapas de vida, ya que son pocas de las ocasiones las cuales, los promotores de lectura, enseñan en el cómo leer y algunos tips sobre la lectura a los niños. Por tal motivo les compartimos una serie de recomendaciones para que se le facilite compartir un rato de lectura con sus hijos.
- Juega con tu voz, imita las voces y sonidos de los personajes, cambiando a distintos tonos (voz grave, aguda…) y no olvides el volumen, gritando, susurrando, según el momento de la historia. También podrás cantar, recitar si crees que es necesario. Cuando leas has de utilizar todo el cuerpo y no solo la voz: las manos, los gestos, la mirada, el tono de voz imitando los personajes.
- No alargues las historias. Los niños pequeños no pueden seguir argumentos largos ni mantener mucho tiempo la atención, por lo que mejor escoger cuentos cortitos.
- Deja que elija su libro, su historia. Del mismo modo que a nosotros hay días que nos apetece un determinado género en la lectura o el cine, ellos tendrán sus preferencias. Pero, como es lógico, para que esto sea posible el niño ha de tener donde elegir.
- Si tu hijo no ha entendido lo que hemos leído, repite la frase o hazle un resumen. Lee despacio y escoge los libros adecuados a su edad.
- Deje que su hijo le cuente el cuento. Muchos niños memorizan los cuentos que han oído varias veces. Dele la oportunidad para que “le lea” el libro a usted.
- Convierta la lectura en algo especial. Hagan algo que convierta los libros y la lectura en algo especial. Ayude al niño a obtener su propia tarjeta de la biblioteca, obséquiele libros y cuentos grabados y use los libros para premiarle por sus logros.
· Convierta la lectura en una rutina diaria. Trate de leerle a su niño por lo menos unos 15 minutos diariamente. La hora de ir a la cama es un momento especialmente apropiado para leer juntos.