Por: Iván Serrano Jáuregui
Tras un muestreo realizado en verduras, frutas, legumbres y tubérculos que se ofertan en tianguis, mercados y huertas de las localidades de Ciudad Guzmán y San Andrés Ixtlán, en la región Sur de Jalisco, investigadores del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) identificaron presencia de neonicotinoides.
Se trata de uno de los mejores plaguicidas contra insectos y plantas debido a su persistencia, pues no sólo se adhiere al vegetal, al aire, agua y suelo; también al cuerpo humano, ya sea de quien lo aplica en los sembradíos, pero también de quien consume el producto.
“Los neonicotinoides son buenísimos como pesticidas, pero son altamente tóxicos. Son siete los tipos de neonicotinoides permitidos para utilizarse en México; no obstante, en otros países están sumamente prohibidos tras identificar la toxicidad, sobre todo en polinizadores como abejas, pero también en la salud humana”.
Silvia Lizette Ramos de Robles, Coordinadora de la maestría en Ciencias de la Salud Ambiental del CUCBA
“Son tan efectivos que se traslocan en toda la raíz, tallo, flor y fruto. Son tan solubles que se filtran al subsuelo y contaminan el agua de ríos y lagos. Son hasta diez mil veces más tóxicos que el diclorodifeniltricloroetano (DDT), un plaguicida ampliamente utilizado después de la Segunda Guerra mundial”.
Silvia Lizette Ramos de Robles, Coordinadora de la maestría en Ciencias de la Salud Ambiental del CUCBA
Solo el 13 por ciento estuvo libre de contaminantes tóxicos
En el estudio tomaron muestras de frambuesa, fresa, manzana, naranja, plátano, guayaba, mandarina, uva verde, aguacate, cebolla, chayote, jitomate, elote blanco y amarillo, pepino, papa, frijol y tortilla. Fueron dos muestras de 50 gramos de cada una por cada alimento, mismas que fueron enviadas al Laboratorio de Alimento y Agricultura de la Universidad de Guelph, en Ontario, Canadá, resultando con presencia del plaguicida.
“En total fueron 31 muestras de 18 alimentos diferentes. El resultado fue que 61 por ciento tuvo presencia de neonicotinoides (19 muestras); 26 por ciento de otros plaguicidas (8) y sólo 13 por ciento sin plaguicidas (13)”, informó. El neonicotinoide más tóxico, el imidacloprid, fue el que tuvo mayor presencia y estuvo en chayote, cebolla, aguacate, elote amarillo y blanco, frambuesa, fresa, frijol, guayaba, jitomate, mandarina, manzana, naranja, papa, pepino, plátano y uva verde”.
Silvia Lizette Ramos de Robles, Coordinadora de la maestría en Ciencias de la Salud Ambiental del CUCBA
Otra situación que más alertó por presentar cinco tipos de neonicotinoides fue el jitomate, pues “es uno de los alimentos de la dieta básica de todos los mexicanos y estamos hablando de una exposición diaria a este contaminante”. De igual forma la fresa, frambuesa y aguacate son los que más plaguicidas tuvieron.
Ramos de Robles dijo que si bien hay certeza de que dichas berries que se comercializan en dichas localidades sí son originarias del Sur de Jalisco, es probable que el jitomate haya llegado de Sinaloa, así como el resto de productos que pudieran tener orígenes diversos, por lo que el problema no se limita sólo a esta zona de la entidad, y podría estar generalizado.
Ella refirió que dichas sustancias químicas tienen efectos tóxicos en el ser humano:
- Neurotoxicidad, hepatotoxicidad, inmunotoxicidad, genotoxicidad y alteraciones del sistema reproductivo.
- Inflamación del sistema nervioso central.
- Efectos en el desarrollo del cerebro, similares a los causados por la nicotina.
- Posibles efectos cancerígenos.
- Temblor postural en los dedos, pérdida de memoria reciente, dolor de cabeza, fatiga general, síntomas torácicos, abdominales y musculares.
Recalcó que este contaminante no se quita desinfectando, lavando o hirviendo, pues es de naturaleza persistente. “Son peligrosos para el medio ambiente y la salud humana”, puntualizó.
El Suspicaz es un diario digital independiente sostenido por jóvenes periodistas que buscan proporcionar la información de una manera clara y útil para el Sur de Jalisco.