El 2 de junio de 2019 es un día que quedó en la memoria de todos los habitantes de San Gabriel. Ese día no cayó una sola gota de lluvia en la comunidad, pero el río Salsipuedes arrastró gran cantidad de agua, tierra, piedras, lodo y troncos, lo que terminó por convertirse en un desastre.
Las autoridades aceptaron que la deforestación y los incendios de ese año en la zona alta de la sierra de Apango, pudieron ser los causantes. Ante esto, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) en conjunto con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, interpuso una denuncia ante la Profepa. Pero nada pasó.
“En 2019 se presentó una denuncia formal por parte del gobierno del estado ante la Procuraduría de Federal de Protección al Ambiente (Profepa) por mil 500 hectáreas que fueron deforestadas en aquel entonces por plantaciones de aguacate. Lo único que supimos es que la federación realizó una inspección en 300 hectáreas de las mil 500, nunca nos informaron qué pasó”, aceptó el secretario Sergio Graf Montero.
El propio secretario lamentó que las denuncias nunca son atendidas. Además, reconoció que no hay un plan ni la voluntad de cambiar las cosas por parte del gobierno federal. Dijo, también, que el estado está atado de manos, pues no tiene competencia.
Por lo tanto, a poco más de dos años de esta tragedia que terminó con la vida de personas y destruyó el patrimonio de docenas de familias, ha quedado en la completa impunidad.
Periodista egresado del CUSur. Aficionado por los deportes, la política y el periodismo. En El Suspicaz funge como co coordinador. También escribe para NTR Guadalajara y Letra Fría. Integrante de #CONNECTASHub.