Históricamente la política y corrupción han caminado por el mismo sendero a través de una relación nefasta que solo beneficia a unos cuantos. Aquí encontramos la razón de que lo público esté lejos de la excelencia, que la práctica de hacer política no esté del todo bien vista y que exista un desencanto desde la ciudadanía con los asuntos de gobierno.
Desde luego que al menos de palabra, nadie predica la corrupción y cuando ésta sale a la luz, es el motivo perfecto para que las embestidas entre actores políticos no se hagan esperar, sobre todo si se da la oportunidad de atacarse entre bandos y desde luego, este abordaje del tema es por demás burdo y de poco aporte en soluciones. Justo eso vemos en la secuencia que inició con las declaraciones de Emilio Lozoya, ex director de Pemex y que terminó (al menos hasta ahora) con el video de Pío López Obrador, hermano del presidente, recibiendo dinero en efectivo para presuntamente financiar una campaña política.
Las acusaciones hechas por Lozoya se dan en el marco del proceso judicial que se sigue en su contra y, a menos de que se siga un proceso apegado a derecho y lejos de intereses particulares, podrá hacerse justicia y fincarse responsabilidades.
Aunque quizá hayamos comenzado esto con el pie izquierdo en el momento en que el presidente somete la justicia a una consulta popular, esto lo hace fiel a su estilo y con una carga simbólica por lo que representa la decisión del “pueblo”, no obstante, se requiere de mayor seriedad y responsabilidad en el abordaje de estos temas, pues la corrupción es quizá el problema más grave que enfrenta nuestra democracia y el costo que tiene es inmenso.
Un ejemplo que puede poner en contexto el costo de la corrupción en México, está en los datos que arroja la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental del INEGI, pues señala que en 2019 existió un aumento del 64% en actos de corrupción en la realización de trámites, lo que implicó un costo de 12 mil 770 millones de pesos a las personas que acudieron a diversas instancias públicas. La Encuesta también señala que después de la inseguridad, la corrupción es el segundo factor de preocupación en la población del país.
Los matices en Jalisco
En Jalisco vivimos en un entorno en el que el Congreso del Estado ha dado pie a un pleito con el Comité de Participación Social del Sistema Estatal Anticorrupción por los señalamientos que el Comité ha hecho ante las irregularidades en las que ha incurrido el Congreso.
Estamos ante el arranque de una Línea 3 del Tren Ligero, que tiene ya un sobreprecio de más del 90% del costo total de la obra y un retraso en el inicio de operaciones de más de tres años y ahora parece que la inauguración de nuevo tendrá que esperar hasta que la agenda del presidente lo permita. Una obra que es para el uso de las y los jaliscienses, no puede arrancar operaciones si no queda bien armado el protocolo.
Ante esto, el contraste ha venido desde el caso de Nancy Gómez. Una agente del Ministerio Público que había sido suspendida de sus funciones por 7 meses y que dejó de recibir remuneración durante ese tiempo por el cargo que desempeña y ahora enfrenta un escenario de incertidumbre; es ese el precio que ha tenido que pagar por hacer correctamente su trabajo y no acceder a órdenes de alterar datos en una Carpeta de Investigación.
En nuestras instituciones necesitamos de más “Nancy´s” y desde luego que las hay, pero es inconcebible que se les persiga por desempeñar sus funciones con responsabilidad y decoro. Los intereses mezquinos no deben estar sobre quienes de manera valiente anteponen la dignidad y honestidad al ejercer sus funciones.
En un Estado democrático, la corrupción no puede ser la norma. No puede admitirse que sea imposible re dignificar la política y el ejercicio del gobierno, pues eso implica asumir que nuestras instituciones sigan siendo frágiles, que siga adelante la crisis de gobernabilidad, que la justicia social siga sin llegar a miles de familias y que sea invisibilizado el trabajo de servidoras y servidores públicos que hacen correctamente su trabajo.
Abogado por la Universidad de Guadalajara con enfoque en políticas públicas y medio ambiente, creo en la construcción de sociedades más equitativas y soy de un lugar que tenía un valle redondo de maíz.