, “Aquí no ha llovido nada, solo fue una desgracia inesperada”; el día después de un desastre anunciado

“Aquí no ha llovido nada, solo fue una desgracia inesperada”; el día después de un desastre anunciado

Día uno después de la tragedia.

A pesar de que los rayos del sol se negaron a salir por la mañana, el clima característico de San Gabriel no se perdió, el calor predominó.

De la misma manera pasó con sus pobladores, aún en la peor circunstancia, levantan la cara y dicen “todo va a estar bien, nos vamos a recuperar”.

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* Requerido

Los datos oficiales hablan de tres mil damnificados y mil casas dañadas, pero también, hay miles de manos dispuestas a levantar un tronco, palear el lodo, preparar comida, dar un abrazo… una palabra de aliento.

Es ya una buena costumbre mexicana que ha prevalecido durante lo largo de la historia, en la tragedia, todos se unen buscando un mismo fin; que todos estén bien.

Los habitantes de San Gabriel vivieron este domingo, un fenómeno que nunca había experimentado; por el río bajó un alud de lodo y madera muerta.

Hay muchos dichos al respecto sobre las causas, el más sonado entre los pobladores, es que “los aguacateros tienen la culpa, nadie más”. Dan sus argumentos para llegar a esta conclusión, ya que aseguran que los incendios que quemaron miles de hectáreas de bosque en San Gabriel, son provocados para el cambio de uso de suelo a favor de la agroindustria.

La parte oficial asegura que no pueden determinar las causas reales hasta que no se hagan los estudios pertinentes por parte de la Secretaría de Medio Ambiente, pero mediante la observación, sus primeras conclusiones son dos posibles fuentes.

“Hay algunos troncos con cortes perfectos, ningún incendio puede realizar cortes perfectos. También hay presencia de humos, de partes de carbón. Esa es la parte que nosotros tenemos a la vista y eso es lo que podemos compartir”, declaró Víctor Hugo Roldán, director de la Unidad Estatal de Protección Civil.

A pesar de los daños, la gente afectada, asegura que la tragedia pudo ser peor. “Nada más se volteé el puente, nos tumba la casa, todo nos tumba”, dijo una de las afectadas que tiene su casa ubicada a un costado del “Puente Nuevo”, uno de los que demolerán por los daños que tiene en su infraestructura.

“Démosle gracias a dios que fue en el día, sea en la noche no nos da chance ni de correr”, comentó un hombre de la tercera edad, quien también vio cómo su patrimonio fue arrastrado por “la ola” de lodo.

La sorpresa de todos, es que en lo que va del año, no ha caído una gota de lluvia en San Gabriel “aquí no ha llovido, solo fue esta desgracia inesperada”.

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