La importancia del arte en le educación
El arte es la máxima expresión de nuestra espiritualidad y una de las expresiones más especiales del ser humano. Desde que los primeros habitantes forjaron su forma de vida y exploraron nuevos territorios, hemos sido testigos de la capacidad creadora del hombre.
Todas aquellas expresiones que hacen voltear nuestra mirada y darnos cuenta que esa no es una creación cualquiera. Si bien es cierto que tenemos una noción de lo que significa el arte, vale aclarar que los estudiantes también deben crecer teniendo conocimiento de todas las expresiones que engloban a este término. No olvidemos que las artes están vinculadas íntimamente a los sentidos y que estos nos nutren para una vida plena, es decir disfrutar de la existencia.
La música, por ejemplo, nos permite la concentración. A través de escuchar música nuestra mente navega y logramos profundizar en nuestra interioridad, también despierta el sentido del oído y esto nos hace más perceptivos.
La literatura desarrolla nuestro pensamiento, el lenguaje se vuelve amplio y florido, logramos transmitir nuestras ideas con suma claridad, ya que a través de la lectura nuestro vocabulario se hace más extenso. Hay que leer por placer, no sólo para estudiar o ganar una calificación.
El teatro y la danza hacen más ágil nuestro cuerpo, nos permiten la comprensión de los ritmos y nos llevan a la tan necesaria catarsis cuando el cuerpo se suelta libremente.
Las artes visuales y la arquitectura, nos refieren constantemente a nuestra historia. En términos modernos tiene mucho que ver con nuestro disco duro, pues está comprobado que sin referentes visuales perdemos la memoria; por ende, necesitamos contar nuestras experiencias en forma visual. Para muestra ahí están las cuevas de Altamira que nos narran la vida cotidiana de nuestros ancestros.
Una pintura, un edificio, un parque, una fotografía nos dan referencias de nuestro sentir y ser, además nos llevan a comprender a nuestros antepasados. Sin las artes visuales no tendríamos identidad, ni reconoceríamos el lugar donde nacimos sin el referente visual, ya sea arquitectónico o plástico.
Son los pedagogos y los maestros, los que tienen que tomar nuevamente las riendas de los planes de estudio, de la mano del sector más sensible de la sociedad que son los artistas e intelectuales, para salvar a estas nuevas generaciones que están aprobando la guerra y la deshumanización que, a su vez, dan paso a la corrupción, al individualismo extremo, al quítate tú para ponerme yo.