, Carta de Guadalupe Marín a los Electores

Carta de Guadalupe Marín a los Electores

Desde la concepción y clasificación de las formas de gobierno de Platón y Aristóteles el poder ha sido entregado a los líderes en diferentes formas de organización: el líder monárquico y único proveniente de una familia o dinastía; la aristocracia de los pocos sabios e intelectuales; y la democracia de los ciudadanos entre otras formas de gobierno, como la república, dictadura, teocracia.

La democracia representativa se caracteriza por la posibilidad, el derecho y la obligación de los ciudadanos de elegir a los líderes gobernantes. Y ante esto se presenta la duda, la incertidumbre, la indecisión de: ¿a quién elegir?, ¿qué cualidades buscar?

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* Requerido

La escritora zapotlense Guadalupe Marín Preciado (1895…1983) nos ‘grita’ un discurso que quiso decir en un mitin en el zócalo de la ciudad de México, por allá en el año de 1938, dicho deseo y tal discurso fueron publicados en forma de carta en su polémico libro ‘La Única’. Han pasado 80 años, sin embargo, el discurso sigue vigente, lo cual refleja lo poco que ha avanzado la política en lo que respecta a las cualidades de sus candidatos y la capacidad de decisión de los electores.

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Lupe Marín gritando, fotografía de Edward Weston (1934)

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‘La Única’ (1938) de Guadalupe Marín.
Portada de Diego Rivera (1937) ‘Judith bicéfala’,
Lupe Marín y su hermana Isabel sosteniendo la cabeza del poeta Jorge Cuesta,
(En referencia a la historia hebrea de Judith y Holofernes).

«Señoras y Señores. Camaradas: ¡Abran los ojos y despierten! ¡No confíen en los líderes! No confíen en los líderes, porque se ocupan de ustedes, sólo para explotarlos; sin ustedes serían nada; jamás podrían conseguir lo que con la bandera y la representación de sus sindicatos consiguen. Abran los ojos y despierten y no se dejen engañar; los líderes sólo saben aprovecharse de su ingenuidad. No confíen en los líderes y menos en los que viajan en primera del Normandie [SS Normandie, un transatlántico francés en servicio 1935…39] y que los domingos engalanan su caballo para exhibirse por la ciudad en actitud de dandies. Ni en los que sólo el rosbif del Marsella les satisface. Ni en los que tienen tres automóviles con chofer. Ni en los que porque una causa los llama, llevan a su mujer al manicomio para que no les estorbe. Ni en los que predican que todo es de todos y para todos, y con ese pretexto se roban las plumas fuentes y los relojes. Ni en los que defienden los intereses de los trabajadores, mientras consiguen empleos, y después, cuando los tienen, ya no se acuerdan de ellos. Ni en los que gastan cientos de pesos por presenciar exhibiciones de lesbianas y hacer la suerte del columpio. Ni en los que tienen copas especiales para aspirar el bouquet de los licores. Ni en los que amueblan palacetes para juergas con prostitutas.

¡Camaradas! ¡Despierten! De ninguna de estas gentes necesitan; en ninguna de ellas deben confiar.

Rechacen a los intelectuales y refinados, que aseguran ser superiores a ustedes los trabajadores. ¡Compañeros!, ustedes tienen inteligencia suficiente para saber lo que tienen que hacer; pueden hacerse valer por sí solos, con sólo quererlo, si dentro de ustedes mismos escogen a quien los administre. Inviten, sí, a los intelectuales y a los artistas como colaboradores; que les demuestren su revolucionarismo ayudándolos, sin pedir retribución… ¿Esto? No lo conseguirán. En fin, pónganlo a prueba.

¡Camaradas! ¡Compañeros! Fíjense bien y oigan esto que les voy a decir. ¿Conocen ustedes el caviar? ¿El paté foie gras? ¿El jamón de Westfalia? ¿El parmesano y el gorgonzola? ¿El roquefort y el camembert? ¿El gruyere y el brie? No, ¿verdad? ¡Estoy segura que no! ¿Comen acaso langostas y langostinos? ¿Cangrejos y jaibas? ¿Ostiones y pulpos? ¿Almejas y caracoles? Seguro que no, ¿verdad? Ustedes sólo los conocen y ven, cuando los sacan del mar, y saben que se comen, porque hay quien los compra y los lleva a que se los coman sus líderes y los capitalistas, los políticos y los diplomáticos. Ustedes sólo comen frijoles con chile, chile con tortillas, tortillas con sal y a veces ni eso. Pero sus líderes y los capitalistas, creen, que si ustedes comen nada más eso, es, porque dada su ignorancia, no sabrían comer otra cosa.

Esto se los dice una mujer que se los ha oído decir. Una mujer que ha aprendido a gustar de las frutas en su estación y se ríe de lo exótico; se carcajea de los diplomáticos que estando en España mandan traer las flores y la fruta a Londres y estando en Londres los casimires los importan de Madrid. Que se ríe de los políticos que aspiran a tener dinero, por epatar [asombrar] a los burgueses, y que cuando lo tienen, no sabiendo en qué gastarlo, adornan su casa con sarapes y banderas.

¡Camaradas! .Esta que les habla ahora, no aspira a ser líder, porque sabe que en una lechuga de a centavo se encuentra la vitamina E, y que en un jitomate de a dos, la vitamina C; y que aún sin síntomas de esterilidad o escorbuto, le aprovechan; que con tres de cacahuates se provee de calorías y que los afectos y el placer se encuentran a la vuelta de la esquina.

¡Camaradas! ¡Compañeros! ¡Despierten! Empiecen por dominarlos físicamente; báñense, hagan gimnasia, coman fruta y arremetan contra todo lo que les impida progresar. Dejen a los refinados que se consuman en sus exquisiteces y a los intelectuales que se asfixien en sus bibliotecas. A los políticos que se maten unos a otros, y a los diplomáticos que se momifiquen con su sonrisa. No tomen de modelo a otros países, teniendo tanto que hacer en el suyo. Pero sí, no olviden y apunten para el futuro, el calificativo de Ruthes (de Ruth, la prostituta mexicana más conocida), que un ex Secretario de Hacienda descendido a gerente de banco, ha dado a unas de nuestras hermanas, como razón para negarles préstamos; y aunque sepan que su razón fue una sin razón, y aquello de que cree el león que todos son de su condición.

¡Camaradas! ¡Trabajadores! ¡Compañeros! Ya llegará el momento en que…»

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