El camino hacia la nueva normalidad: Lecciones y aprendizajes (I)

Entre confusión y sucesos que tal vez nunca imaginamos que íbamos a presenciar, hace más de 70 días comenzamos un trajín que demandó un radical cambio de hábitos. Una pandemia que ahora también entre confusión, parece que nos da tregua y nos hace pensar en una “nueva normalidad”. Algo cierto es que queda bastante camino por recorrer y responsabilidad es la palabra que más debe importar de cara a lo que viene. Una responsabilidad política y social que piense en lo colectivo y lo comunitario.

Justo esa responsabilidad es la que nos quedamos esperando por parte del gobierno federal y del gobierno estatal pues su actuar ha sido completamente distinto, pero en ambos casos y cada quien a su estilo, coinciden en la búsqueda por imponer su verdad. Es cierto que el escenario que ha planteado esta pandemia es sumamente complejo, pero en verdad, la solidaridad y la empatía desde lo institucional pueden ser grandes aliadas, pues la política ya no es esa que se hace con golpes de puño al escritorio.

Considero que esta situación queda perfectamente retratada en lo que expuso hace unas semanas Enrique Toussaint: “Municipios hacen lo que pueden poniendo aspirinas económicas al alcance de unos pocos. El Gobierno del Estado coloca créditos por mil millones de pesos, y la Federación planes que nunca llegarán a los más pobres”. Esa desarticulación es reflejo de las dificultades que históricamente han existido entre gobiernos para generar consensos.

¿Para qué sirve el Poder Legislativo? Es lo que plantea la periodista Sonia Serrano y explica que más que nunca esta Legislatura se ha convertido en una ventanilla de trámites para cumplir con las órdenes del gobernador Enrique Alfaro. Una deuda de 6 mil 200 millones de pesos y un ajuste de 2 mil millones de pesos al presupuesto estatal, sin mayor debate, es lo que deja entrever.

Revelaciones de la pandemia

Si algo ha hecho esta pandemia es visibilizar y recrudecer las desigualdades en las que vivimos y lo complejo de nuestras dinámicas sociales. Tal vez valdría la pena preguntarnos en lo individual ¿Qué consideramos que es una nueva normalidad? y a partir de ahí constituirnos como una sociedad más plural y solidaria. Aquí algunos datos y aspectos que pueden ser útiles:

• México es un país en el que habitan más de 50 millones de personas en situación de pobreza y a esa cifra se le podrían sumar 10 millones durante este año

• Solo el 1.4% del PIB en México, se ha destinado en gasto directo para atender la crisis generada por la pandemia de SARS-CoV-2

• Valorar lo que tenemos en la mesa: Vivimos en un país donde al año se desperdician en promedio 20 millones de toneladas de comida, según reporte emitido por el Banco Mundial.

• Durante los pasados meses de marzo y abril se registraron 12 feminicidios en Jalisco, y en general, de acuerdo con el Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco, durante esos dos meses se da cuenta de 932 delitos contra las mujeres.

• La violencia y la desprotección al ambiente cobraron una víctima más, el 7 de mayo perdió la vida el activista Eugui Roy Martínez, en Oaxaca.

• El encierro y las presiones que acompañan a esta pandemia, nos hicieron tomar con importancia y ver la seriedad de la salud mental

Estos son solo algunos de muchos aspectos que podemos señalar. Lo que está claro es que después de esta pandemia nada puede ni debe seguir siendo igual, los frentes desde los que hay que plantear cambios son muchos y la transición es complicada pero no podemos cometer el grave error de no escuchar del pasado y de este presente y no aprender.

El camino hacia la reconstrucción

Imaginemos que un sismo nos azotó y que ahora debemos iniciar una reconstrucción desde los cimientos, identificando cuáles fueron los puntos débiles en las estructuras para fortalecerlas y hacerlas más resistentes. Pero más importante aún, con estrategias que permitan prevenir y minimizar los daños. Así, es que la tarea debe centrarse en construir sociedades menos vulnerables.

Queen en su canción de The Show Must Go On, en un vaivén de tonos que van desde la nostalgia, la preocupación y la esperanza nos traslada a un escenario de espacios vacíos y lugares abandonados, asemejando lo que vivimos hace algunos días. Como el título de la canción lo indica, el show debe continuar. Y va a continuar en buena parte porque las economías familiares no pueden soportar más.

Retomaremos las calles, esos espacios vacíos (al menos en teoría) poco a poco se irán poblando y en verdad, necesitamos tomar en nuestras manos las responsabilidades que nos tocan. Ver esto como un nuevo amanecer y aprovechar la oportunidad para mejorar.