Tras un año de confinamiento por la pandemia de Covid-19 zapotlenses regresan al Panteón Miguel Hidalgo a celebrar el día de muertos y recordar a sus seres queridos.
La lente de Karen Hernández Avalos retrató parte de lo que vivieron los zapotlenses este día de muertos.
“La vida conmemorando a la muerte”
Esta ofrenda reflejaba de manera particular las tradiciones en torno al día de muertos, con flores colocadas en masetas, hojas de cempasúchil sobre la tumba y una cruz tradicional
Esta tumba destacó por su ofrenda a ras de suelo. Cruces, arreglos florales y lápidas informaban la presencia de cuerpo
Esta ofrenda sobresalió por sus componentes. Estaba en un nivel inferior al suelo. La visible profundidad permitía a los asistentes darse una idea del empeño y esfuerzo de quien o quienes hicieron la ofrenda.
Frente a una de las rutas de evacuación que este año no fueron habilitadas, se encontraba una fuente rodeada por lápidas antiguas
Pequeñas plantas nacen de un montículo de tierra que fue extraída de los alrededores de las tumbas.
Estas columnas son en realidad tumbas verticales antiguas. Ubicadas a lado de una de las calzadas del cementerio. Restos que han sobrevivido al tiempo
Trabajo de limpieza y decoración de las tumbas por una mujer zapotlense en el lugar donde descansan sus familiares que llevan por lo menos cuarenta años sepultados
Parte de una tumba colocada en 1918, junto a otras tumbas más recientes. Estoesto es un rasgo común de este cementerio, tumbas del siglo pasado junto a tumbas recientes. No hay división por épocas, ahí el espacio es repartido por igual
Es la hora en que fue tomada la fotografía. El crucero frente al panteón donde se conectan tres calles, mostraba la carga vehicular y el movimiento fuera del cementerio
Otra tumba peculiar. Primero a la izquierda una tumba sencilla, a ras de suelo y decorada. Luego a la derecha una tumba rodeada por plantas que nacieron de la tierra donde descansan los restos de seres humanos
Esta es la calle principal que lleva a la salida y a la entrada. Está rodeada por árboles que brindan frescura la y es por donde circulaban la mayoría de los visitantes
Entrada al cementerio municipal “Miguel Hidalgo. Al ingresar, había personal que proporcionaba gel antibacterial y se aseguraba de que todos los asistentes portaran el cubrebocas correctamente. Los empleados rotaban turno cada cierto tiempo. A pesar de la hora, había visitantes y vendedores en las afueras del lugar
Dos mujeres, de diferentes generaciones decoraban las tumbas de sus difuntos
Este es uno de los caminos alternos del cementerio municipal. Es diferente por su piso color negro. No es tan transitado. Este camino pasa por una tumba llamativa y tal vez la más alta de todo el cementerio, que puede servir como punto de ubicación a los visitantes
Parte de la tradición de acudir al cementerio el día de muertos es para limpiar las tumbas donde descansan los difuntos. Es lo que hace esta señora. Después de un año de confinamiento, pudo volver a visitar a su madre, padre y hermano
Esta ofrenda fue hecha sobre la tumba donde descansa el cuerpo de un niño muy pequeño o un bebe. Los juguetes, un jugo y un biberón, mostraban a los visitantes el esfuerzo, la dedicación de sus familiares y el cariño con el que le recuerdan
Esta ofrenda estaba sobre la avenida principal del cementerio, contenía comida, bebida, velas, flores y pétalos. En la base se encontraba el cempasúchil, sobre la tumba hojas a modo de cama, sobre ellas había varios platillos desde frijoles, hasta mole, acompañado de bebidas y veladoras
Esta ofrenda fue decorada de una forma sencilla que la hacía destacar. Solo cempasúchil y sobre el libro un tradicional pan de muerto
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