, Obispo de Autlán fue víctima de la delincuencia organizada, en los límites con Aguascalientes

Obispo de Autlán fue víctima de la delincuencia organizada, en los límites con Aguascalientes

Por Letra Fría

El obispo de la Diócesis de Autlán, Rafael Sandoval Sandoval fue víctima de la delincuencia organizada, cuando se dirigía al vecino Estado de Aguascalientes, sobre la carretera San Juan de los Lagos – Encarnación de Díaz. Iba a celebrar un acto litúrgico organizado por algunos parientes.

Al obispo de Autlán lo asaltaron a mano armada, le quitaron su vehículo, su teléfono celular, su cruz pectoral y su anillo. Después lo abandonaron en una brecha, vivo.

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* Requerido

De acuerdo con el periodista Felipe Cobián «un tráiler le obstruyó el paso. Tuvo que hacer alto total. En el acto se le emparejó una camioneta con varios sujetos armados a bordo que le apuntaban. Luego le pusieron un cañón en la sien. Él, asustado, pero sin perder la calma, se identificó perfectamente. No le hicieron caso. Lo obligaron a dejar el volante, a recorrerse y postrarse en el piso de su unidad, una 4X4 que acostumbra manejar él mismo y sin acompañante», publicó en El Partidero.

Felipe Cobián continúa, «luego arrancaron por la misma carretera y después se introdujeron unos cinco kilómetros en una brecha desconocida. Ahí lo abandonaron. “Dios les perdone”, les dijo a los malhechores y les dio su bendición. Arrancaron a toda velocidad y desaparecieron entre a polvareda. Don Rafael Sandoval siguió el camino en el que lo dejaron y más adelante dio con una comunidad».

En esa comunidad tocó la puerta de la primera casa que encontró y pidió ayuda a una mujer pero no le creyó, así que se fue a la capilla del pueblo: «Ya en la iglesia no encontró al sacerdote que suele atenderla, pero estaba un diácono. Tampoco le creía lo que le decía el obispo, pero finalmente se convenció tras varios datos que le aportó y pudo hacer algunas llamadas. El auxilio no tardó mucho tiempo en llegar, pues no estaba ya tan lejos de su destino», detalla Cobián.

De acuerdo con el periodista, este testimonio «fue dado por el obispo en el tercer miércoles de junio, a buen número de sacerdotes de su grey en la acostumbrada reunión mensual. Incluso les comentó que sería la única vez que hablaría sobre el tema por el trauma que le causó, pues no sabía si viviría o moriría».

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