Juan Villoro estará en Zapotlán el Grande el lunes 18 de septiembre. Es por supuesto una gran noticia. Tener en Ciudad Guzmán a una de las figuras más influyentes de la literatura y del periodismo, no sólo de nuestro país, sino de la lengua española, es un privilegio, y seguro lo esperan con gran expectativa todos aquellos que tienen un real interés por la cultura.
Juan Villoro ha construido una carrera periodístico-literaria de casi cuatro décadas, ha combinado de forma natural una gran variedad de géneros y de intereses. Ya sea que visite los géneros de ficción como la novela, el cuento y el teatro, o los especulativos como el ensayo, e incluso los informativos como la crónica periodística; o bien se detenga en sus múltiples intereses como la realidad nacional, la cultura mexicana, la literatura, el rock o el futbol, la obra de Villoro siempre destaca por su clara identidad, por su estilo reconocible y por la agudeza de sus observaciones.
Los premios y reconocimientos a su obra son abundantes y resultaría ocioso enumerarlos en esta nota. Baste con decir que prácticamente en todos los géneros que cultiva ha tenido premios tanto en el país como en el extranjero. Ha recibido reconocimientos por su trayectoria como el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural que le hizo la FIL de Guadalajara en 2013, o el Premio José Donoso a la totalidad de su obra que se le entregó en Chile en 2012. En España y Francia ha recibido premios de novela, de crónica y cuento.
Juan Villoro también es profesor, aún más, es un maestro oral. Escucharlo disertar es una experiencia no sólo académica, se trata de un suceso además estético y apasionado. Su tono ecuánime contrasta con lo provocadoras y contundentes que pueden ser sus posturas. No es extraño que haya sido profesor en instituciones educativas como la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y las universidades norteamericanas de Yale y de Princeton, además, por supuesto, de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Colegio Nacional.
Una faceta muy importante de Juan Villoro es la que él llama la “literatura con prisa”, esa serie de artículos, crónicas y ensayos que publica de manera continua en medios del país, de Sudamérica y de Europa, entre los que destacan Reforma, Proceso, La Jornada, Letras Libres, Gatopardo, El Malpensante, El País, entre otros.
Juan Villoro es uno de los intelectuales más preocupados por la realidad nacional, en especial con las causas de los menos favorecidos, es conocido su honesto interés por el movimiento zapatista o recientemente su inquietud por los estudiantes de Ayotzinapa, y su simpatía por María de Jesús Patricio, candidata indígena a la presidencia de la República.
Uno de los grandes temas de su agenda es la de la violencia a la que se ven sometidos los periodistas en nuestro país. Sí, la violencia radical que mata periodistas. Sin embargo también está la otra, la que ejerce el Estado desde las altas cúpulas, pero también la que ejecutan los pequeños poderes regionales; o bien aquella censura de los propios medios, en un afán de conservar privilegios, o por un mero arraigo de sometimiento; y no hablemos de los sueldos que convierten la profesión en una especie de deporte extremo de supervivencia cotidiana.
“México tiene muy buenos periodistas pero muy malos medios”, aseveró Juan Villoro en una entrevista concedida a Arena Pública TV. Ante esta situación desoladora de los medios en México, tenemos todavía una esperanza: los periodistas.
Profesor de la Licenciatura en Letras Hispánicas del Centro Universitario del Sur