“Es el día más triste”: madres de desaparecidos. La otra cara del 10 de mayo

Hoy es día de las madres, día en que las mamás reciben regalos, apapachos, muestras de cariño y gratitud de parte de sus hijos y sus seres queridos, pero no es el mismo panorama para todas, pues hay madres que este 10 de mayo no tienen nada que celebrar, el día perdió todo sentido para ellas desde que desaparecieron a sus hijos.

Perla Silva lleva un año buscando a su hijo José Luis Serrano Silva de 22 años, que desapareció en Guadalajara y para ella como muchas en la misma situación, esta fecha es complicada pues conlleva recuerdos, nostalgia y muchos otros sentimientos encontrados que no alcanzan a describir con palabras.

“Es una situación muy triste. Es cuando te arrancan un pedazo de tu ser, ahí es cuando dices ¿dónde está? ¿qué hay qué festejar?, yo creo que, cuando te hace falta un ser, desde el corazón, es mi hijo y pues me hace falta. Yo creo que no representa nada. El 10 de mayo creo que no representa nada. Realmente sí es un poco difícil. Lo único que puede fortalecerme es dios.”

Perla es integrante del colectivo Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos en Jalisco, FUNDEJ mejor conocido por sus siglas, ella y sus compañeras de lucha se manifestaron en diversos puntos de la ciudad para sensibilizar a la sociedad en general sobre la situación de violencia e invisibilidad y para recordarle a las autoridades que su trabajo no ha concluido y que a pesar de la pandemia la búsqueda de sus desaparecidos sigue siendo una prioridad esencial.

“Estas actividades son para sensibilizar a las personas que no han vivido una situación tan dolorosa como esta. Es como un llamado a esas autoridades. También ellos tienen hijos, tienen esposos, esposas. Que también se sensibilicen. Que cada quien haga lo que le corresponde. A veces pensamos que nunca nos va a suceder. La dimensión es grande. No nos damos cuenta que hoy me pasó a mí y mañana te puede suceder a ti. Decirles a las personas que es importante que se sensibilicen porque no hay valor material que pueda ocupar ese lugar”.

Durante las manifestaciones Perla y las integrantes de FUNDEJ gritaron diferentes consignas, entre ellas que la pandemia no es una limitante, lamentan que para las autoridades sea el pretexto para olvidar a los desaparecidos, pero ellas, aun con esta adversidad, no pierden de vista sus objetivos.

“La pandemia no nos detiene, no tenemos miedo a morir. Estamos muertas en vida, queremos a nuestros hijos, no hay nada que festejar, no tenemos hijos, no hay festejos. Dónde están, dónde están, nuestros hijos donde están”.

Expresaron que, si las autoridades no continúan con la búsqueda, ellas saldrán de sus casas a seguir buscando, pues no sería la primera vez que arriesgan su vida, salud e integridad física con tal de dar con el paradero de sus hijos, María Guadalupe Aguilar Jáuregui, líder de FUNDEJ señaló que así tengan que ir a escarbar fosas ellas solas lo harán.

“En las búsquedas que hemos hecho, nos arriesgamos a contraer una enfermedad igual que los de SEMEFO y todo el personal de Fiscalía que trabajan en ello, ellos se cubren con sus uniformes, con sus cubrebocas, lentes, todo, nosotras estamos de observadoras, pero no nos da miedo contraer alguna enfermedad, de tal suerte que tampoco tenemos miedo de contraer coronavirus. Lo que sí tenemos que hacer y estamos conscientes ser obedientes ante las reglas que emite el gobierno, no queremos desobedecer, pero sí esto continúa así de grabe y que siga la Fiscalía sin hacer búsquedas yo creo que nos vamos a ir nosotras a escarbar y sacarlos”.

La esperanza y la fe es lo que mantiene firmes a estas mujeres, con la esperanza no se tienen que dar por vencidas refirió Perla, porque cuando un hijo desaparece les cambia la vida por completo, no solo a las madres sino a toda la familia.

“Yo creo que un padre nunca debe de perder la esperanza y la fe de que en algún momento de tu vida va a regresar. Realmente es algo muy angustiante, porque es la herida más grande que puede vivir una persona. No puede vivir uno tranquilo. No duermes. Es algo realmente doloroso. Una situación de estas te lleva a mover toda tu familia. Llega la inestabilidad en la parte emocional”.

Por ello es que este 10 de mayo ni Perla ni nadie con un hijo desaparecido va a festejar, pues dejan su rol de ser sólo mamás para convertirse en algo más, en lo que ellas necesitan para no dejar de buscar incansablemente a sus seres queridos.

“Realmente, somos un colectivo que manejamos el mismo dolor. Aunque sean hijos, hermanos, padres, realmente es el mismo dolor. Te conviertes en investigador, te conviertes en un policía, en muchos personajes que, realmente, requerimos el apoyo de esos personajes para no hacerlo nosotras”.

“Sientes un vacío en el pecho”. La historia de Ana Luisa

“No puedo hablar. Se me hace un nudo en la garganta y no puedo hablar”. Dice  Ana Luisa cuando se le pide compartir su historia. Aun así, la narró con el fin de que las personas se concienticen acerca de la situación.

Es una adulta mayor. Pero cada día, su esperanza y fortaleza para seguir, es la esperanza de conocer el paradero de su hijo Juan Manuel. Él desapareció en San Martín de las Flores, Tlaquepaque, hace ya tres años. Al día de hoy, como en el caso de José Luis, no hay indicio alguno.

“Mi hijo era el primero en felicitarme el 10 de mayo”, narró mientras se cortó su voz y una lágrima brotó de su ojo izquierdo. “Es una fecha muy dolorosa. Son muchos recuerdos”, continuó.

Ana Luisa, tras la desaparición de su hijo, siente un vacío en el pecho. Espera que algún día se llene, ese día será cuando sepa dónde está su hijo. Nada la ha detenido. Hace unos días tuvo un accidente: fue atropellada en San Pedrito por un motociclista y, como consecuencia, estuvo a punto de ser arrollada por un camión del transporte público. Además, perdió su trabajo por la pandemia; es trabajadora doméstica y ya no fue requerida por el aislamiento social. Nada de esto la ha detenido.

Ella, como madre, sufre la desaparición de su hijo, pero también, el nivel de inseguridad que hay en Tlaquepaque. Aseguró que “los levantones” son una práctica frecuente. Las familias sufren y las autoridades no dan solución.

También formó parte de la manifestación que organizó Fundej. Con esto espera que, al menos, la ciudadanía empatice y las apoye.

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