La anterior y un gran número de declaraciones respecto al idioma inglés o español resultan ser falacias de la lengua creadas por una idea estereotipada o por el desconocimiento respecto a estos idiomas. Así mismo, podría realizarse una extensa lista de otras falacias relacionadas como “el español de España es mejor que el de México” o “el vocabulario del español de México es uno de los más ricos en el mundo”, por mencionar algunos.
Abordemos pues, algunos puntos que desmienten la declaración inicial de este texto.
Primero, el saber un idioma no se centra únicamente en aprender listas completas de vocabulario, o saber a la perfección su determinado número de tiempos gramaticales, ni siquiera entenderlo “perfectamente” o tener un 80, 90, o incluso 100% de dominio del idioma como algunos proclaman; esta última, una gran falacia que valdría la pena abordar en otro momento.
Saber un idioma sí es ser capaz de entenderlo y producirlo, de manera oral y escrita, de acuerdo al nivel que se posea. Lo anterior, significa que el individuo posee vocabulario (léxico) y que es capaz de emplearlo según el contexto (pragmática); que sabe el tiempo verbal a emplearse (gramática); el acomodo de las palabras en la oración (sintaxis); pronuncia de manera adecuada o comprensible las palabras que expresa (fonética); y puede derivar palabras según sea el caso: adjetivos, sustantivos, verbos, adverbios… (morfología). Lo anterior es solo un poco de lo que una persona, desapercibidamente, realiza cuando habla un idioma.
Tanto el español como el inglés tienen sus propias complejidades, algunas relacionadas a las áreas del lenguaje mencionadas en el párrafo anterior. A continuación se presentan seis ejemplos explicados brevemente respecto a las dificultades que las personas se enfrentan al aprender inglés o español como segunda lengua o lengua extranjera.
- Tiempos verbales. Hay muchas más conjugaciones verbales en español que en el inglés debido al tipo de verbo (con terminación ar, ir, er, más los irregulares) y al sujeto. En cambio, el inglés tiene menos tiempos verbales cuyas conjugaciones se limitan en dos o tres grupos, según el verbo.
- Género. En contraste con el inglés, el español distingue entre masculino y femenino en sustantivos y adjetivos; lo cual hace una tarea ardua para el hablante no nativo del español. Son casos contados en los que el inglés diferencia el género entre adjetivos y sustantivos; tal es el caso de beautiful1-handsome y waiter-waitress respectivamente.
- El tema del vocabulario es relativo. El inglés se habla en más de 50 países, distribuidos en los cinco continentes, como lengua oficial, y hay más de 500 millones de hablantes. A esto, se le suma los millones de personas que lo aprenden como segunda lengua y lengua extranjera. El español, en cambio, es el idioma oficial en poco más de veinte países, en solo dos continentes. Asimismo, es estudiado como segunda lengua y/o lengua extranjera en varios países, sin embargo, no se compara con el número de personas que estudian el inglés.
Por ende, el hablar de riqueza de vocabulario es un tema complejo y casi imposible de tener una respuesta certera pues el vocabulario, tal como los humanos: nace, crece, se reproduce y muere.
- Estructura de las preguntas. El inglés emplea auxiliares para todas sus preguntas, en español, basta con cambiar la entonación de una oración para convertirla de afirmativa a interrogativa. Aunado a esto, en inglés, la modificación de los verbos principales de la oración deben ser conjugados, lo cual es una tarea compleja para muchos estudiantes.
- Tanto el inglés como el español poseen un sinfín de excepciones. El inglés, incluso, es considerado por muchos el idioma de las excepciones; at, in y on son ejemplos claros de éstas.
- Pronunciación. Una de las áreas que mayor facilidad posee el español es la pronunciación de las palabras pues tal cómo se escriben, se pronuncian (con algunas excepciones, claro está). En cambio, esta área representa una ardua labor para los estudiantes del inglés, especialmente cuando los sonidos (y vaya que son muchos) no existen en español, o bien, varían de acuerdo a las vocales, consonantes o posición en la palabra. Algunos ejemplos de lo anterior: [v] [i] [sh] [o] [z].
Sin duda alguna, el nivel que se obtenga del idioma aprendido como segunda lengua o lengua extranjera depende mucho de factores externos e internos del individuo. Algunos de estos factores son la cantidad de horas expuestas al idioma, el lugar donde se aprenda, la edad, la capacidad cognitiva, el tipo de inteligencia mejor desarrollada, la práctica, la necesidad, entre otras.
Cuando se piense en comparar la dificultad de aprender un idioma, debe pensarse en idiomas que no posean el mismo alfabeto que el español, tales como el chino, el árabe o el ruso. Por el contrario, tratar de comparar la complejidad de idiomas cuyo alfabeto o familia lingüística son los mismos resulta un debate sin sentido.
1 Al emplear beautiful para hombres, más comúnmente se refiere a sus cualidades como persona, aunque algunos podrían emplearlo para su físico; sin embargo, es mucho más común emplear este adjetivo para una mujer.