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La falla borrada de Zapotlán

“Dios bendiga nuestro hogar”, demanda la placa de yeso colgada en una pared blanca, la que se cimbra cada que pasa el tren a 130 metros de distancia. Es la fachada de la casa de dos recámaras que habitan Claudia, su esposo, y sus tres hijos aún infantes. Es la colonia La Primavera II, al suroeste de Ciudad Guzmán, municipio de Zapotlán el Grande, Jalisco.

“Así se siente cada que pasa el tren, unas dos o tres veces al día. Pero se nota más cuando el tren pasa muy cargado”, des­cribió la mujer que habita una de las 247 casas de este fraccionamiento, inaugurado en agosto del 2014 por la Constructora ROASA S. A. de C. V.

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Fraccionamiento La Primavera II. Foto: Cristian Rodríguez Pinto.

“¿Alguna vez ha escuchado algún comentario sobre una falla geológica cercana a su vivienda?”, se le preguntó a Claudia. Ella al igual que Guillermo Cobián, Manuel Magallón –presidente y vicepresidente de la colonia, respectiva­mente- y otros cinco vecinos entrevis­tados, respondieron que no.

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* Requerido

En noviembre del 2006 se publicó el Atlas de Peligros Naturales del Municipio, un trabajo realizado en conjunto por la Secretaría de Desarrollo Social (SEDE­SOL), el Ayuntamiento de Zapotlán el Grande –encabezado por el entonces alcalde Humberto Álvarez González, del PRI- y la empresa Temblores, Similares y Conexos S. A. de C. V.

En el documento, que puede consultarse en la página web del Ayuntamiento, se identificaron 92 puntos de peligro a causa de tormentas y por la presencia de fallas geológicas en Ciudad Guzmán.

En dicho Atlas se advirtió la presencia de seis fallas geológicas de diferente longitud en la ciudad. La más extensa y visible es una en diagonal, que parte la ciudad en dos.

Se extiende desde un predio ubicado frente al Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios 226 –al noreste de la ciudad- hasta un predio al oeste de la autopista 54D, Guadalajara-Manzanillo, unos dos kilómetros al norte del Instituto Tecnológico de Cuidad Guzmán –al suroeste de la ciudad-.

El 20 de sep­tiembre del 2012 esta falla presentó un hundimiento que provocó un microsismo y dejó ocho viviendas inhabitables y cinco más con daños menores en las calles Ig­nacio Mejía y Manuel M. Diéguez.

El Atlas de Peligros Naturales del Zapotlán, edición 2006, señaló que dicha falla geológica atraviesa el terreno en el que hoy se encuentra la colonia La Primavera II, entonces no edificada.

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Fragmento del Atlas de Peligros Naturales del Municipio de Zapotlán el Grande, edición 2006. Falla: línea roja.

Durante la administración municipal 2012-2015, cuyo titular José Luis Orozco Sánchez Aldana, el Ayuntamiento realizó un Plan Parcial de Desarrollo Urbano (PPDU), mismo que publicó en junio del 2013.

Este Plan, que se adjudicó en solitario el Gobierno Municipal, ya incluía trazos de las calles del fraccionamiento La Primavera II así como las fallas con­templadas en el Atlas de Peligros Natura­les 2006, con una excepción: la falla que según el Atlas 2006 atravesaba La Primavera II en el PPDU 2013 termina en la calle San Cornelio de la colonia La Providencia, unos 300 metros al norte de La Primavera II.

Es decir, ya no se señaló presencia de falla en el terreno de La Primavera II.

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Fragmento del Plan Parcial de Desarrollo Urbano Zapotlán el Grande, edición 2013. Falla: línea amarilla.

Cinco meses después de la publicación del PPDU, la Coordinación de Supervisión y Dictami­nación Técnica de la Unidad Municipal de Protección Civil y Bomberos del Municipio (UMPCB) otorgó su visto bueno a la factibilidad de urbanización de los 247 lotes del fraccionamiento La Primavera II en la Licencia de Urbanizacion DU1175/11/2013La Primavera II, dirigida al ingeniero Juan Antonio Aceves, representante de Constructora ROASA, documento que puede consultarse en la web del Ayuntamiento.

El artículo 17° del Reglamento de Cons­trucción vigente del municipio de Zapotlán, elaborado por el Colegio de Ingenieros Civiles del Sur del Estado de Jalisco y el Departamen­to de Obras Públicas de la administración 1997-2000 -entonces dirigida por Lázaro Cárdenas Jiménez, del PAN- señala:

“Queda a jui­cio de la Dirección (de obras públicas), el otorgamiento o restricción de licencias de construcción en las zonas consideradas de riesgo por la afectación de fenómenos tales como fallas geológicas, zonas inunda­bles, suelos colapsables o inestables (…)”

En entrevista, la arquitecta Elsa Aldana Ornelas, coautora del PPDU 2013 mientras fue subdirectora de Pla­neación de la dirección de Obras Públicas de Zapotlán del 2006 al 2015, explicó la inconsistencia:

“Para poder autorizar el desarrollo en La Primavera I y II se man­daron hacer estudios especializados de la totalidad del terreno y se determinó por dónde pasaba la falla. -La falla- no pasa sobre las colonias -La Primavera I y II-, se desvía en el área de donación y pasa por un costado. El área de donación es la que está sobre la curva, frente al libramiento”.

Y agregó: “La parte que está sobre la falla no tiene autorización de cons­trucción. Se tienen que hacer obras de mitigación del riesgo a los costados del eje. No puedes construir sobre ella. La falla, como los arroyos, no se puede tocar”.

Aldana Ornelas hoy es jefa de la Unidad Metropo­litana Municipal de la Zona Metropolitana del Sur de Jalisco, que conforman Gómez Farías, Zapotiltic y Zapotlán el Grande.

Por su parte, el encargado de la revisión del atlas de riesgos y auxiliar de la Coordinación de Supervisión y Dictaminación Técnica de la UMPCB, Salvador Jiménez Pérez, declaró en entrevista que la autorización de urbanización otorgada en 2013 a la Constructora ROASA fue un caso especial:

“Se tenían dudas. -La falla- llegaba visiblemente hasta la avenida Pedro Ramírez Vázquez, pero el Atlas que se encuentra en internet -Atlas 2006- sí marca más abajo. Se le pidió al contratista encargado de la obra que realizara un estudio general de riesgos y otro de geotecnica. Se hicieron los estudios. (…) Se dictó la factibilidad y se realizó la obra porque los estudios no arrojaron nada”, declaró.

El oficio CS-0434/2013, “Factibilidad en Predio La Primavera II”, con fecha del 05 de agosto del 2013, firmado por el entonces Coordinador de Supervisión y Dictaminación Técnica de la UMPCB, Paul Zamora Ruiz, dice:

“El Dr. en geofísica Juan José Ramírez Ruiz, desplegando un estudio de prospección geofísica mediante resistividad y magnetometría en predio La Primavera II, ubicado en Ciudad Guzmán, Jalisco, para detección de fallas y fracturas, argumentó: ‘al menos en los primeros 80 metros de profundidad no se aprecia presencia de fallas o fracturas que se encuentren en el área de estudio y que pudiera mag­nificarse con un nivel freático superficial que incluya sobre los asentamientos desplantados en el área del predio La Primavera II”.

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Jiménez Pérez explicó que los estu­dios de campo de la UMPCB ‘tampoco’ encontraron rastro físico evidente de la falla “más allá del predio ubicado frente a La Primavera II, antes de cruzar el libramiento”.

Se le preguntó si era posible acceder al Atlas de Peligros Naturales de Zapotlán edición 2015, aprobado en cabildo el 21 de diciembre de dicho año, pero respondió que no era posible porque “se le están realizando modificacio­nes”.

El reportero accedió al Atlas de Peligros y Riesgos Natuarales Zapotlán 2015, capitulo IV vía transparencia. El documento, realizado por el Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco (IIEG), reitera lo que la SEDATU había señalado en el 2006 y que el Ayuntamiento de Zapotlán negó en 2013: la falla geológica que atraviesa Ciudad Guzmán de noreste a suroeste, y que hace cuatro años dejó ocho viviendas inhabitables, atraviesa el recién construido fraccionamiento La Primavera II.

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Fragmento del Atlas de Peligros Naturales del Municipio de Zapotlán el Grande, edición 2015. Falla: línea roja.

En entrevista, el arquitecto Edgar Moreno Orendain, miembro de Constructora ROASA, cali­ficó de ‘impreciso’ al Atlas del Peligros Naturales de Zapotlán el Grande 2006 y aseguró que la inmobiliaria toma en cuenta los factores de riesgos naturales antes de construir. Puso como ejemplo al fraccionamiento Los Camichines –al oeste de la ciudad-, cuya primera etapa de 325 viviendas fue inaugurada el pasado mes de abril y está separada de la futura segunda etapa por el arroyo Los Guaya­bos: “Aquí tuvimos que respetar el cauce natural del arroyo porque, si tú lo desvías, con el tiempo -el agua- vuelve a agarrar su cauce”.

Según el periódico El Sur, Constructora ROASA ha edificado 11 fraccionamientos en los últimos 12 años en Ciudad Guzmán, los que suman un total de tres mil 575 viviendas.

Irregular crecimiento urbano

El Plan de Desarrollo Municipal (PDM) con el que opera la administración 2015-2018, dirigida por Alberto Esquer Gutiérrez, de MC, señala que el 42.47% de las colonias de Zapotlán no están regularizadas.

En No sin nosotros (Era, 2005), el escritor y periodista Carlos Monsiváis documentó que el terremoto de 8.1 grados en Escala de Richter del 19 de septiembre del 1985, y las sucesivas réplicas, además de azotar la Ciudad de México, causaron 32 muertos, más de 900 heridos y alrededor de 320 familias damnificadas en Ciudad Guzmán. Para Aldana Ornelas, ese desastre natural fue el punto de partida del irregular crecimiento urbano de la ciudad.

“Después del terremoto del 85 hubo muchos apoyos para desarrollar vivienda. Como no estaban empatadas la regu­larización urbana y la de tenencia de la tierra se iban generando desarrollos en zonas ejidales y las personas no tenían una certeza jurídica de su propiedad”, dijo.

“Se vendieron terrenos a los que les faltaba infraestructura: agua potable, drenaje, electricidad. –Ahora- no podemos entrar a esas colonias con equipamiento porque no tenemos la escritura. No podemos bajar recursos para ejercer dentro de esas áreas porque eran ejida­les, o no están expropiadas, o están en proceso de expropiación.

Ahora se está buscando eso: empatar estas cuestiones urbanas con las cuestiones de la tenencia de la tierra”, argumentó la jefa de la Unidad Metropolitana Municipal.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de 1990 al 2015 la cantidad de viviendas particulares habitadas en Zapotlán el Grande incrementó 66.56% al ir de 14 mil 864 a 24 mil 758. Dicho crecimiento inmobiliario rebasó al incremento poblacional, que fue de 42.16%: pasó de 74 mil 68 a 105 mil 301 habitantes –98% viven en la cabecera municipal, Ciudad Guzmán, y 2% se distribuyen en las localidades de El Fresnito, Atequizayán y la colonia El Fresno- según la misma institución.

La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), en su Programa Sectorial 2015-2018, explicó que el crecimiento “desordenado y descontrolado” de las zonas urbanas de México es el resultado de “la migración masiva del campo a las ciudades”, las que “no se encontraban preparadas para recibir dichos flujos migratorios”.

El documento de la SEDATU advierte que el crecimiento urbano descontrolado provoca el alejamiento de las zonas resi­denciales, industriales y comerciales de una ciudad, lo que, aunado al “descuido de la oferta de transporte público de calidad y la provisión de la infraestructura peatonal y ciclista”, propicia el uso del automóvil, tal como ya se observa en Ciudad Guzmán.

En el 2010 la ciudad con mayor índice de motorización -proporción vehículos de motor/habitantes- en México era Tijuana, con 0.33 autos por habitante, señaló la SEDATU.

Sin embargo, según el INEGI, en 2010 Zapotlán tenía una población de 100 mil 534 personas y un parque vehicular de 36 mil 281 automóviles, lo que arrojaba un nivel de motorización de 0.36 vehículos por habitante, más motorización que en Tijuana.

Para el 2015 la población de Zapotlán era de 105 mil 301 personas, según el INEGI, y el parque vehicular registrado por la Dirección de Tránsito y Movilidad Municipal ya era de 50 mil 35 vehículos: 0.47 vehículos por habitante, casi un auto por cada dos personas.

Aldana Ornelas argumentó que la elevada mo­torización de Ciudad Guzmán “se debe a la cultura, no a la estructura”, pues “la ciudad aún es compacta”. Y sobre el de­sarrollo inmobiliario añadió:

“Ahora que sí existe un Plan de Desarrollo Municipal, si vemos alguna acción urbana que se está desarrollando y no cuenta con permisos, se clausura, se notifica, se sanciona y se sigue todo un proceso. La intención es que el desarrollo urbano sea ordenado”.

El Gobierno de Zapotlán el Grande y el IIEG trabajan en el Pro­grama Municipal de Desarrollo Urbano, documento que según Aldana Ornelas, “busca alinear el Atlas de riesgos, los programas de Ordenamiento Ecoló­gico y Territorial”, además de trascender hasta la próxima administración.

Así, mientras Claudia, al igual que muchos de sus vecinos, sigue pagando a gotas alrededor de 420 mil pesos por su casa seriada, con piso de cemento –tal como las entregó Constructora ROASA-, temblorosa y construida sobre una falla geológica en una región históricamente sísmica, la ciudadanía de Zapotlán puede asistir a presenciar las reuniones de trabajo entre el IIEG y el Gobierno Municipal. La próxima será el 15 de julio en la sala José Clemente Orozco de la presidencia municipal.

El Programa Municipal de Desarrollo Urbano resultante será integrado al Sistema de Información Geográfica Municipal, un software por el que la administración municipal de José Luis Orozco pagó un millón 109 mil pesos –según informó Radio Universidad Ciudad Guzmán en agosto del 2015-, y con el que el Ayuntamiento pretende agilizar los trámites de obras públicas, ordenamiento territorial y ecología para, por fin, lograr el control del crecimiento de la ciudad.

Texto publicado originalmente en el Periódico El Puente en julio de 2016. Fue ganador del Premio Jalisco de Periodismo en ese año.

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