«El pensamiento fértil se elabora lentamente por sí mismo dentro del cerebro.
No es más un soñador, es un creador» Auguste Rodin [1840…1917]
«Es libre, sólo el que sabe dominar sus pasiones», con esto sintetiza el poeta latino-italiano Quinto Horacio Flaco [65…8 a.C.], su clara respuesta ante la pregunta ¿quién es libre? que le llevó a reflexionar su percepción del equilibrio entre los momentos de serena razón y de esforzada pasión que disfrutamos durante la vida.
La vida está hecha de momentos, los cuales pueden vivirse bajo la libertad que nos permite la responsabilidad de disfrutarlos de manera consciente, entendiendo, disfrutando y a la vez controlando. Más allá de las bivalentes actuaciones entre el bien, el mal que en muchas ocasiones se quedan en la tibieza; o la felicidad, la tristeza y la medianía de la apática indiferencia.
Este concepto trata de explicarse cuando la filosofía clasifica los momentos, los principios, los impulsos, los poderes fundamentales de la vida como: apolíneos, dionisíacos, románticos y místicos. Su experimentación y comprensión permiten el aprecio por la vida y entender lo que significa ser humano.
Esta clasificación fue marcada por el filósofo mexicano José Vasconcelos Calderón [1882…1959] en su ‘Estética’ de 1936, inspirada en Los Clásicos, que sólo discriminan entre la dicotomía de lo apolíneo y lo dionisíaco confrontados y confabulados al mismo tiempo por La Tragedia, así como siguiendo la filosofía helenística estudiada por los alemanes Friedrich Nietzsche [1844…1900] en ‘el nacimiento de la tragedia’ (1871, 1886) y Arthur Schopenhauer [1788…1860] con ‘el mundo como voluntad y como representación’ (1819, 1851).
Momentos apolíneos
Lo apolíneo, nombrado en referencia a Apolo, el dios greco-romano de la verdad, la belleza, la perfección, el cálculo, el lenguaje, la conversación -dialéctica-, la armonía, del equilibrio y la razón. Que representa la mesura, lo práctico, el trabajo, el trabajo de las artes, lo sublime, la serenidad, la racionalidad, la claridad, la luz… Esos momentos los tenemos en nuestras actividades y logros laborales, profesionales y académicos, incluso lúdicos.
Momentos dionisíacos
Lo dionisíaco, en referencia a Dionisio, en la mitología griega es conocido como el dios de la vendimia, del vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis. Se identifica con la embriaguez, la festividad, la música, lo vulgar, la orgía, la pasión, la energía, la vitalidad, lo impulsivo, el instinto, el poder, la voluntad, el esfuerzo… Momentos que nos permiten la inspiración y el valor, así como el festejo y brindis por los logros.
Momentos románticos
Lo romántico. los momentos románticos, surgen de lo dionisíaco, sin llegar a la madurez de lo místico. Se identifica con el amor, la virtud, el idealismo, al expresar o compartir los sentimientos, al ser generoso, soñador y afectivo…
Momentos místicos
Lo místico, se identifica con lo divino, la religiosidad, la espiritualidad, el misterio, lo visionario, lo trascendente, se le considera el grado máximo de romanticismo, perfección y conocimiento, como el que se presenta en estados de iluminación y éxtasis… Nos encontramos con lo místico en los momentos de meditación, de oración, el autorreconocimiento, la introspección, al pensar reflexivamente.
Identificar estos momentos en la vida, va más allá de la reconciliación o confesión de tus acciones donde se procede entre el bien y el mal con resultados que conllevan a estados de felicidad o tristeza. La claridad de estos momentos permite saber que se ha vivido.
El eterno retorno entre: Pasión (Dionisio), reflexión (Dante, el pensador, el poeta), esfuerzo (Hércules) y razón (Apolo)
En estas fiestas les comparto mis mejores augurios, deseándoles días apolíneos, momentos románticos, místicos y encuentros dionisíacos.
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