El legado que obsequia la historia en cada una de las acepciones futbolísticas conocidas, siempre otorga la cualidad de hacer memorables los hechos que alguna vez se suscitaron de manera repentina en la mente de la afición.
La realidad que dormita en la región de Bavaria ha cimentado la mezcla idónea entre una sociedad orgullosa de los vestigios ancestrales que conforman su origen y la creación de su equipo de fútbol. Dualidad que catapultaría al sureste alemán como la zona de mejor rendimiento a nivel nacional, además de acarrear el prestigio internacional que ostenta actualmente.
Bavaria y su Bayern, un binomio que desde 1900 inició el hito de su propia historia individual e institucional, un efecto superlativo y descomunal en Alemania completa. Bajo la tutela inmediata de sus jerarcas, elementos que formaron parte de las oncenas avasallantes y ganadoras, crearon un esquema patriarcal difícil de observar en cualquier organización en el mundo, siempre teniendo en cuenta el lema que domina la esencia del equipo; mia san mia o nosotros somos nosotros. Orgullo y prejuicio en pos de la memoria coloquial, entre el menoscabo de la empatía y la antipatía que suele ocurrir en el resto de fanáticos tras la estela de triunfos que heredaron las tardes victoriosas en jugadores como Franz Krumm en la primera pokal o los largos periodos de ayuno que originaría el cataclismo de la gran guerra. Hasta la sexta década del siglo XX se vería un trascendente modelo de cambio en la liga, con el nacimiento de la Bundesliga.
Ante el escenario cambiante, todo el presupuesto se denostaría en pos del ascenso por disputar en la máxima categoría. El comandante de la revolución bávara se llamó Zlatko Čajkovski, guía y precursor del movimiento que se gestaría desde la segunda categoría hasta obtener el lugar en la división de honor, además de la primera copa internacional del club y dos copas alemanas. Por lo que los noveles Sepp Maier, Gerd Müller y Franz Beckenbauer emergían de las entrañas del club para llevarlo a territorios insospechados, en base a la dinámica y el buen trato de balón. Originaron la primera era de triunfos que terminaría con la salida del técnico esloveno.
La psicodélica esencia de los 70’s fue la montura perfecta de los inminentes períodos de exploración a lo diferente. El Bayern recorrería el sendero equiparable que otras instituciones habían transitado en años anteriores, el trayecto a la grandeza histórica que fundaría el estratega Udo Lattek, de su mano los ahora jóvenes con experiencia, Maier, Hoenes, Breitner, Muller y Beckenbauer conformaron el multicitado eje que destronó todo el concepto tradicionalista y por ende llevó a la conquista de innumerables títulos a los de Baviera. Instauraron una hegemonía teutona por todo el viejo continente con el tricampeonato europeo y copas intercontinentales, hasta alcanzar a mitificar sus nombres con el mundial del 74 en casa.
En la encrucijada victoriosa, siempre se encuentra el vértigo de la caída usual en el nivel mostrado. Ese aspecto que cualitativamente emerge a toda entidad deportiva fue fundamental para el Bayern, que tras los momentos llenos de gloria, tendría que emancipar hacia sus entrañas para volver al poderío. Entre el antiguo nombre de Paul Breitner y el joven promesa Karl-Heinz Rummenigge se cimentó el instante en que el equipo que se ganó el mote de FC Breitnigge como apócope de sus nombres en dupla. Entre títulos ligueros y subcampeonatos europeos, la transición prosiguió con la extensa baraja de técnicos como; Jupp Heynckes, Franz Beckenbauer, Giovanni Trapattoni y Otto Rehhagel, antes de coronar la Copa UEFA de 1995 – 1996.
Hasta la recta final del milenio llega Ottmar Hitzfeld, estratega que embelesaría un equipo que sucumbió en la Champions contra en Manchester United en 1999, pero que obsequiaba el tricampeonato local, consiguiendo un nuevo dominio rojo, además de volver a campeonar en Europa, con el triunfo en penales ante el Valencia en la final de Milán en 2001 y la copa Intercontinental ante Boca Juniors, con la tutela de Oliver Kahn, Samuel Kuffour, Stefan Effenberg, Mehmet Scholl y Giovane Élber.
Ante el cambio del mítico estadio olímpico, los movimientos se dejaron apreciar en la dirección técnica, encontrando en Felix Magath el timonel que atraería un doblete liguero, pero sucumbiría al quedar eliminado de la copa por un equipo de segunda división. Por lo que hombres conocidos en la institución como Ottmar Hitzfeld, Jürgen Klinsmann y Louis Van Gaal tomarían timón bávaro reuniendo la montura de campeonatos ligueros junto con el subcampeonato de la liga de campeones ante el Inter de Milán.
En el posterior desenlace del técnico neerlandés con el club, se visualizó el proceso que refrendaría a un viejo conocido en la figura de Jupp Heynckes, quien después de posicionar en el segundo lugar al Leverkusen, formaría un conjunto muniqués que fue capaz de sobrellevar el poderío que desde Dortmund permanecía. Por lo que en el torneo continental las huestes rojas se vieron ante el escenario de otra final por la orejona, ahora contra el Chelsea que paradójicamente arrebataría en casa propia la corona máxima. Entre la nostalgia de la pérdida, el tiempo obsequió la última esperanza por llegar a la vitrina europea, ante la tercera final consecutiva y un rival conocido como el Borussia, al que posteriormente ganaría para así cerrar el ciclo ganador con el triplete, hasta convertirse en el primer escuadrón alemán en conseguirlo. Esto marcó la despedida del veterano técnico teutón.
Con la base de un equipo de época, el estratega español Josep Guardiola arribará como el sucesor elegido por el consejo patriarcal, debido a los éxitos en la ciudad condal. Todo lo conjuntado se esparció dentro de las entrañas más añejas de un estilo futbolístico que mutó; de pronto, el estilo calculador teutón se instauró como la sucursal del fútbol total con marca blaugrana, ya que el mentor de aquel sistema se posicionó en la táctica bávara. Una mirada transformacional que de nuevo a hecho sucumbir a la Bundesliga entera, poderío y devastación para los demás integrantes que solo aprecian la distancia de puntos en referencia conforme a la escuadra escarlata.
Tricampeón multicitado que ha fortificado a la nacional Mannschaft y que se adentra a un cambio más dentro de su timonel, en lo que refiere directamente a la potencia natural de este equipo constituido por la hegemonía de los sabios patriarcas…
