Por Tanya Machado Alva
Salir en vestido por las calles no debe ser un acto de valentía para ninguna mujer. La violencia en México solo ha escalado en los últimos años, ¿a quién se le podría echar la culpa? ¿A representantes del Estado que no han podido hacer su trabajo o a todo un sistema machista opresor? Son preguntas complicadas con una respuesta muy difícil. Las acciones y palabras machistas están en todos lados. Es importante hacer el cuestionamiento, ¿por qué tengo que pensar en las mañanas cómo voy a vestir? O ¿por qué desde pequeñas somos violentadas? Como mujer en México vives en un constante estrés de todo lo que te rodea, desde el muchacho que va caminando detrás de ti o tener el doloroso pensamiento de “si vas a llegar sana y salva a casa”.
Vivimos en una época donde tal vez inicia (o inició) una cuarta ola del movimiento feminista. Estamos presentes en un tiempo donde cuestionamos a la autoridad y visibilizamos los casos de violencia existentes. Esto no es “una guerra de buenos contra malos”, somos parte de un sistema opresor, machista y sin prioridad a la protección de las niñas, adolescentes y adultas. Urge intensificar los esfuerzos de búsqueda de las personas desaparecidas, agilizar los procesos de denuncia y una verdadera acción de nuestras fiscalías. Donde no se cuestione a las víctimas y se les culpabilice.
Ser mujer en el mundo es difícil y ser mujer en México tristemente se volvió de valientes, insisto que no debe ser así. Me pregunto si realmente alcanzaré a ver una diferencia en mis calles y en las personas. Las feministas estamos construyendo una nueva normalidad, una donde está posible imaginar que podemos vivir de una manera distinta.
Nota: Por motivo del día Internacional de la Mujer y el paro del próximo 9M, Javier Medina le cedió su espacio esta semana a Tanya Machado Alva, ella es estudiante de Gestión Pública con interés en temas de Género, Medio Ambiente y Desigualdad.
Abogado por la Universidad de Guadalajara con enfoque en políticas públicas y medio ambiente, creo en la construcción de sociedades más equitativas y soy de un lugar que tenía un valle redondo de maíz.
