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Tacaná: el café que por ser socialmente responsable, “no cabe” en el mercado mexicano

En un país donde los agrotóxicos y fertilizantes químicos, así como la explotación laboral e infantil reinan en la agroindustria, a la par que destruyen ecosistemas y pueblos originarios, Tacaná, Chiapas, demuestra que es posible ser socialmente responsable y crear un modelo rentable de producción de café que protege los Derechos Humanos y la naturaleza.

En el marco del primer día de actividades de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2019, presentaron “Tacaná: historia de un proyecto de café socialmente responsable en Chiapas, México”, un registro hecho por Gustavo Pérez Berlanga, quién apuesta a que la “responsabilidad social es el mejor negocio”.

El libro relata cómo creció una comunidad de la frontera de Chiapas con Guatemala, específicamente los habitantes cercanos al Volcán Tacaná, pues la montaña se convirtió en el espacio donde los campesinos siembran sueños y cosechan para su futuro.

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“Iniciamos en 2012, después de 7 años de intervención, tenemos 21 comunidades, 170 productores, 500 en lista de espera, ya estamos exportando el café a Suiza y Estados Unidos. Estamos ahorita en la búsqueda de compradores, sobre todo Estados Unidos es un mercado muy natural, pues son compradores que tienen la misma filosofía que nosotros”, expresó el autor.

Gustavo Pérez Berlanga fue reconocido en 2017 en la ciudad de Nueva York como uno de los “Pioneros de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2017”, donde reconocen a los líderes mundiales en trabajos sustentables. Destacó por impulsar el desarrollo de los pueblos indígenas del país.

Pérez Berlanga trabaja actualmente porque los pequeños productores de café obtengan un pago justo por su trabajo y que de esta manera las comunidades rurales puedan tener un desarrollo económico sin dejar de lado la sustentabilidad.

Para ser rentable, el mercado mexicano no es opción  

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Pérez Berlanga contó cómo lograron posicionar el café de Tacaná en el extranjero. Esto por necesidad, ya que las empresas mexicanas no pagan el valor real de la producción. Dio como ejemplo que en México, de una taza de café comercial con valor de 40 pesos, al productor le toca menos de 40 centavos. En el extranjero, principalmente en países como Suiza y Estados Unidos, el valor que le dan al proceso de producción, es mayor.

“En muchas ocasiones el precio está por encima de la calidad y compradores grandes buscan cubrir en tiempo y forma los abastos, al menor costo posible, ¿por qué yo no podría vender este café en México?, porque no te lo paga el comprador, por eso buscamos los mercados internacionales, es prácticamente imposible que un comprador de cualquier tamaño, en México, compre el café al precio que lo compramos”, detalló Pérez Berlanga.

El problema en México, es el llamado “coyotaje”. Berlanga mencionó que el modus operandi de este modelo es comprar barato y de manera anticipada a la cosecha para cobrar intereses altos. El primer “coyote” lo revende a uno mayor; éste a su vez, vuelve a revender, y así sucesivamente. Toda la ganancia se queda en manos de acaparadores y no con el productor.

Mencionó que, además de eliminar intermediarios, parte clave para el éxito de este proyecto fue salir de la bolsa de valores de Nueva York. En un modelo donde la ley de oferta y demanda es quien rige el precio a nivel mundial del café, los productores tenían todas las de perder.

“Decidimos salirnos de la bolsa de valores de Nueva York para vender el café, y en 2016 la gente nos decía ‘están locos, no hay forma de que nadie se salga de la bolsa de valores, vas a quedar fuera completamente de la dinámica del mercado’. Y yo les dije: ‘en este caso yo no voy por el mercado, yo voy por la vida digna de un pequeño productor y su familia’. Logramos quitar esa variable y con esto le damos certeza al productor, porque ya sabe cuánto le vamos a pagar su café. En un término normal, el productor no sabe eso. Cuando ya tiene el grano y llega el coyote a comprárselo, no sabe cuál es el precio. Llega el coyote y le dice ‘te pago tanto y te pago ahorita’, entonces el productor acaba siendo presa y así es como se inicia la cadena tradicional”, agregó.

Pérez Berlanga afirmó que para llegar a tener estos resultados, primero tuvieron que realizar trabajo en Tacaná durante un año para que los productores se convencieran del proyecto y así, animarse a entrar. Después, la misma población tomó las riendas.

¿Cómo cambiar el modelo mexicano de producción? La clave está en el consumidor

“Alce la mano quién de ustedes ha pedido un café y le pidió a la persona que les atendió, ¿me da un café que no tenga trabajo infantil?; deme un café que respete derechos humanos. ¿Me da un capuchino que empodere a mujeres en pobreza en Chiapas? Casi les puedo afirmar que el café que se tomaron hoy tiene trabajo infantil. Sin importar la marca”.

Mientras el investigador Gustavo Pérez Berlanga dirigió estas palabras al público, los rostros se tornaron pensativos; las personas en el auditorio se miraron fijamente con desconcierto, y hasta cierto punto, culpa. No sabían qué decir. Algunos solo rieron, otros se sonrojaron. Pero a todos les llegó esta reflexión: el consumidor tiene la obligación de exigir al mercado, productos que promuevan los Derechos Humanos.

Otro de los puntos clave de la producción de café en Tacaná, Chiapas, es precisamente el promover un modelo que no incluya la degradación de Derechos Humanos de la población. Es un sistema que deja fuera la explotación laboral y el trabajo infantil. Busca empoderar a la mujer, y mediante educación financiera, crear un ambiente de finanzas sanas que promueve la disminución de la violencia intrafamiliar y drogadicción.

Los productores están conformados en una cooperativa que les impide gastar el dinero obtenido de la venta de café, en drogas como alcohol. Tienen el acuerdo de buscar en conjunto, el desarrollo de Tacaná.

Estas acciones son las que mayor valor le dan al café que producen en los valles y montañas del sur de Chiapas. Gracias a esto, el mercado extranjero busca a los productores; busca el café de Tacaná.

El libro “Tacaná: historia de un proyecto de café socialmente responsable en Chiapas, México”, plasma los errores y aciertos del proyecto. Es una guía dirigida a productores, empresarios y líderes sociales, que muestra uno de los caminos de cómo las tierras mexicanas pueden producir alimentos de manera socialmente responsable, concluyó Gustavo Pérez Berlanga.

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