Cuando las sirenas cantan
“Con buenas palabras se puede negociar,
pero para engrandecerse se requieren buenas obras.”
Lao-tsé
Estamos diariamente expuestos a distintos tipos de discursos. Diario nuestro cerebro los procesa de manera consciente o inconsciente y nos van creando juicios de valor antes ciertas situaciones. Por ello los generadores de contenidos masivos son responsables del uso de la palabra, de la ética de la palabra. Servidores públicos, locutores, periodistas diseñadores y más «profesionistas» son responsables de moldear la conciencia social al expresar con distintos tipos de retóricas sus ideas.
Por desgracia, muchos de estas personas usan el discurso como herramienta principal para persuadir a la población, sin tomar en cuenta el impacto que puede tener la palabra ante las necesidades sociales. Por estas razones, Platón en sus diálogos (Georgias o de la retórica) puso en tela de juicio a la retórica, pues no hay un valor sobre lo justo o no justo, señalando que, gracias al arte de la palabra puedes «Ser capaz de persuadir, por medio de la palabra, a los jueces en el tribunal, a los consejeros en el Consejo, al pueblo en la Asamblea y en toda otra reunión en que se trate de asuntos públicos.
Si esto fuera cierto, en la actualidad, en los siguientes días escucharemos discursos que nos encantarán y nos llevarán a nadar entre olas de esperanzas; llenos de propuestas en los que todos los oradores, como mesías, nos hipnotizarán con su retórica, como cantos de sirenas, para sumergirnos en su mar de sus anhelos partidistas.