, Del grano a la taza

Del grano a la taza

Eres aroma y esencia. Eres frío y caliente. Eres grano y molido.  Eres nostalgia y melancolía. Eres café.

Salió el sol, me levanté y fui a la cocina a poner el agua en la olla para preparar mi café. Mientras esperaba se me vinieron a la mente varias dudas. ¿De dónde viene el café? ¿En todos lados se toma? ¿Cuáles son sus formas de preparación? Entonces, me di a la tarea de investigar las respuestas.

Se tiene registro que en el año de 1790 el café llegó a México, entrando por Veracruz, donde se empezó a cultivar y a exportar.

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* Requerido

Datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), dan a conocer que hoy en día, el café, es la segunda bebida más consumida en México, después del agua.

Es así, como su sabor ha formado parte de la cultura y tradiciones de México. Un claro ejemplo son las fiestas tradicionales, donde se ofrece el café con canela o rompope.

Grano tostado, soluble, molido o hasta descafeinado, son unas de las tantas y diferentes presentaciones que tiene el café. No es lo mismo preparar un café de grano en olla de barro, que en una cafetera.

Los aromas y sabores cambian y más cuando se mezclan con otros sabores.

Su sabor es dulce, en ocasiones agrio, pero todo depende de tu estado mental. El primer sorbo es la diferencia. Te cura el ocio y hasta el corazón.

Puede ser endulzado con azúcar, piloncillo o simplemente dejarse natural, todo depende de lo que prefiera el paladar.

Tomarlo tiene como beneficio el mejoramiento de rendimiento físico aparte de que nos mantiene alerta y disminuye el riesgo de padecer diabetes.  Además, los desechos del café, sirven como abono para las plantas.

El café, más allá de ser una bebida, es un compañero de momentos. Está ahí cuando salimos a platicar con amigos, cuando ha sido un mal día, en las horas de estudio, en el trabajo, en las fiestas y hasta en las ceremonias más tristes.  Es soledad, música, experiencia y sabiduría.

Basta con que caigan las primeras gotas de lluvia para despertar en mí el antojo por una taza de café. Ya sea en algún restaurante o en la casa de la abuela, siempre habrá un café para llenarte de energía, de placer o para curarte.

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