La premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú Tum, estuvo el domingo en Tuxpan, Jalisco, donde recibió las llaves de la ciudad.
Originaria de Uspantán, Guatemala, Menchú Tum pertenece a la cultura maya quiche y ganó el Novel por denunciar las violaciones a los derechos humanos que el gobierno guatemalteco cometió contra los campesinos indígenas de dicho país en los años ochenta.
En su discurso, en sesión extraordinaria del cabildo municipal, Menchú Tum dijo que en los últimos 25 años en Guatemala los pueblos indígenas han logrado modificar la constitución para que los gobiernos respeten su autonomía y territorios, y que incluso se han creado academias de lenguas originarias y una unidad de investigación sobre crímenes de lesa humanidad cometidos contra dicha población.
La también profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México, destacó los conocimientos de las culturas originarias, como en la medicina tradicional y en la agricultura.
Menchú pidió a los dirigentes políticos incluir a las comunidades indígenas en la toma de decisiones e invitó a los jóvenes a enaltecer sus raíces.
“La sabiduría ancestral está en lo natural, no está tanto en lo que ya está sistematizado, por lo tanto yo me comprometo a enaltecer esos valores y a animar a la juventud para que siga luchando por el respeto a su identidad, que siga luchando por una vida plena y que siga luchando por sus territorios”.
A nombre del municipio, el alcalde Edwin Romero Cortez lamentó que en el siglo XXI el ser mujer e indígena sean sinónimos de desigualdad, discriminación y pobreza. Explicó que el cabildo de Tuxpan vio en Rigoberta Menchú un ejemplo de dignidad, voluntad e inteligencia para transformar la vida de los indígenas, por lo que decidieron otorgarle las llaves de la ciudad.
Después de la sesión de cabildo, Menchú Tum presenció el XXI Encuentro Regional y Nacional de Danzas Autóctonas en el que participaron 30 danzas de Oaxaca, Guerrero, Colima, Jalisco y Puebla.
Reportero del sur de Jalisco