El mercado Paulino Navarro, ubicado en el centro de Ciudad Guzmán, se ha distinguido por la gran variedad de productos, frutas y comidas que se pueden encontrar ahí.
Entrando por la puerta principal al mercado se encuentra la señora Graciela Juárez quien se dedica a la venta de tamales.
“Mira esto fue ocasional porque mi mamá se accidentó y ella es la que venía a vender y entonces, me mandó a mí.”
La señora Graciela me contó que tiene 15 años vendiendo en el mercado, pero que su mamá duró 40 años y que incluso su abuelita y bisabuela, fueron las iniciadoras del negocio.
“A mí no me gustaba vender [tamales], me daba vergüenza. Pero para mí es primordial vender para comer, de aquí saca uno para pagar y para todo. Es el sustento de mi casa.”
En México existe una gran variedad de tamales, tanto que en cada región cambian los sabores. Los tamales que doña Graciela prepara son los de ceniza, de elote y de carne.
Como ingredientes principales que se utilizan para la preparación de estos tamales son los frijoles, la manteca, la hoja de palma, el maíz y la carne.
Ella me platicó que la hoja de palma (que es en la que va envuelto el tamal), es de suma importancia, ya que la hoja es la que le da el sabor.
“El tamal que más se vende es de ceniza. En un día normal preparo hasta 40 o 50 tamales y los domingos es al doble y mientras no me enferme, todos los días trabajo.”
Aunque son la comida típica del día de la Candelaria, el 2 de febrero, celebración en la se presenta el niño Jesús en el templo y los tamales se ofrecen como ofrenda, cualquier día es bueno para disfrutar de un rico y calientito tamal preparado por doña Graciela.
“Me gusta que me digan ‘qué buenos tamales,’ los mando con el otro de aquí adelantito y dicen que no, que ellos quieren de los míos.”
Periodista y fotógrafa especializada en el periodismo gastronómico y cultural. Egresada de la Licenciatura en Periodismo del Centro universitario del Sur.